El mandatario reelecto de Venezuela, Nicolás Maduro, tomó posesión del cargo, casi 6 meses después de ganar las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio.
Tras su triunfo, el panorama político venezolano se vio sacudido por el desconocimiento de los resultados por parte de un grupo de la oposición, lo que desató hechos de violencia, tensiones diplomáticas y desarticulaciones de planes golpistas.
Maduro, quien comienza su tercer mandato este 10 de enero, fue juramentado en Caracas por Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional (AN), en el Palacio Federal Legislativo, en cuyos alrededores, desde tempranas horas, se concentran sus simpatizantes.
En la ceremonia de investidura, el mandatario recibió de manos de Rodríguez la banda presidencial, que lleva los colores de la bandera venezolana, y que fue bordada por un grupo de hombres y mujeres, que lo acompañaron, y el collar con la llave del arca que resguarda el Acta de la Independencia de 1811.
Al acto solemne asistieron diputados, miembros del Gabinete, del alto mando militar, cabezas de los cinco poderes públicos, mandatarios, altos representantes internacionales y cuerpos diplomáticos.
Poco más de 5 meses han pasado desde que el Consejo Nacional Electoral (CNE) proclamó a Maduro presidente electo. En este lapso, hubo una sucesión de eventos cuyo eje central ha sido la correlación de fuerzas entre el sector más derechista de la oposición venezolana —que ha buscado a toda costa evitar la asunción del mandatario— y las autoridades venezolanas, que han desarticulado planes desestabilizadores de toda índole.
En la Constitución de 1999 se estableció el 10 de enero como la fecha para que el mandatario electo asuma oficialmente el cargo. Sin embargo, en las semanas previas, el excandidato presidencial Edmundo González, prófugo de la Justicia venezolana, afirmó desde el exterior que se autojuramentaría ese día, a pesar de no haber sido proclamado por el máximo órgano electoral ni encontrarse en Venezuela desde septiembre pasado, cuando salió rumbo a España, que le concedió asilo político.
Si bien pareciera no haber ninguna sorpresa en cuanto a la proclamación de Maduro, que se llevará a cabo conforme a lo dispuesto por la Carta Magna, hay expectativa sobre la actuación del delfín de la derechista María Corina Machado, quien tiene una serie de investigaciones abiertas.