De nueva cuenta, las malas decisiones financieras ponen en riesgo la estabilidad de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), una vez que se ha dado a conocer que el gigante financiero Goldman Sachs ha ganado una victoria al Gobierno de México.
El banco de inversión ha llegado a un acuerdo con la paraestatal eléctrica mexicana para finiquitar un pleito legal que sostenían desde 2021 con el pago de 300 millones de dólares por el suministro de gas natural, insumo vital para que la compañía eche a andar sus generadores eléctricos.
Fuentes cercanas al consorcio financiero han informado que, tras un pleito de más de tres años y un arbitraje internacional en Londres, finalmente, la CFE ha aceptado pagarle a la demandante la suma millonaria y dar por concluida la batalla legal.
Esas mismas fuentes revelan que el origen del conflicto se remonta a febrero de 2021, cuando una tormenta invernal inédita azotó Texas. Como consecuencia de ello, las bajas temperaturas congelaron las terminales de gas de ese estado y amenazaron la generación eléctrica del norte de México, que depende en gran medida de las importaciones de gas natural estadounidense y así se desencadenó un apagón masivo que dejó sin luz a más de 4.6 millones de mexicanos durante varios días. A consecuencia de dicha crisis, los precios de la molécula de gas natural se dispararon. Esa volatilidad expuso a la CFE a un incremento del pago a Goldman Sachs por su contrato de compra de gas.
Los informantes revelan que el banco de Estados Unidos emprendió entonces una batalla legal, a través de su subsidiaria J Aron Company LLC, para exigir que la paraestatal eléctrica le pagara 400 millones de dólares por la operación rutinaria de abasto de la molécula. El pleito escaló ante la Corte de Arbitraje Internacional de Londres.
En contraparte, tanto la CFE y el Gobierno del entonces presidente Andrés Manuel López Obrador, se negaron a abonar ese monto millonario, argumentando que el incremento inédito de precios se debió a una contingencia climática y endosando ese contrato al sexenio anterior. Como parte de sus argumentos, la CFE señaló que no debería tener que cumplir el contrato, debido a la imprevisible y extrema acción de los precios, según revelación de las fuentes consultadas.
La transacción que originó la disputa legal fue realizada por personal de CFE International, una subsidiaria de la empresa estatal. Las obligaciones de Goldman Sachs en el contrato estaban vinculadas a un índice mensual de precios del gas natural, mientras CFE Internacional estaba expuesta a las tasas diarias en ciertos centros, como el de Waha, Texas, donde el precio diario se multiplicó por casi 100, mientras el mensual se mantuvo sin cambios.
Hay que destacar sobre el tema que México no produce suficiente gas natural para abastecer a las plantas eléctricas de la CFE y, por dicha razón, la paraestatal voltea a los mercados estadounidenses para obtener la molécula. De acuerdo con su más reciente reporte financiero, del total de energía eléctrica generada en la empresa pública, 40% se produjo en plantas de ciclo combinado de gas natural y 5 % en plantas de turbogas. Ese nivel de dependencia deja a la CFE expuesta a las fluctuaciones en precios internacionales y riesgos de suministro externos.