La Fiscalía de la localidad de San Martín, barrio de la capital Buenos Aires, consideró que la cocaína adulterada deja evidencia de la guerra entre el narco y acciones de represalias.
Por Ahora, las autoridades consideran como principal hipótesis una guerra del narco, en la que una banda habría adulterado intencionalmente las sustancias para perjudicar a un grupo rival.
Sin embargo, Sergio Berni, ministro de Seguridad bonaerense, rechazó que el hecho esté enmarcado en “una guerra de narcos”. Lo atribuyó, en cambio, a impericia en el manejo de los químicos. “Nadie complota contra su propio negocio”, alegó.
Las autoridades informaron que ya retiraron de las calles más de siete mil unidades de la droga distribuida en la noche del martes y mantuvieron una inédita alerta sanitaria para evitar consumir cocaína en los próximos días.
El ministro provincial de Salud, Nicolás Kreplak, aseguró que se desmantelaron los puntos de venta del estupefaciente y “se confiscaron 20.000 dosis”.
El presunto cabecilla, Joaquín Aquino, y otros miembros de la banda acusada por la adulteración, fueron trasladados a una alcaldía penal tras ser arrestados la madrugada del jueves.
La cocaína fue distribuida desde la noche del martes en el asentamiento Villa Puerta 8 del municipio Tres de Febrero, a 40 kilómetros de la capital.