Por Karina A. Rocha Priego
¿Qué necesitamos para que el gobierno de Estados Unidos nos considere para no pegarle aún más a la economía mexicana? Inteligencia, diplomacia, mesura. Si bien es cierto que debemos exigir respeto a nuestra soberanía nacional, también lo es que las autoridades mexicanas “no se pueden poner con Sansón a las patadas”, y no es que menospreciemos la fuerza de nuestro país, pero no sólo estamos multimillonariamente endeudados con Estados Unidos, sino que, además, nuestras fronteras han servido para el trasiego de droga, lo cual ha puesto en “alerta” a las autoridades norteamericanas, pero hay que reconocer también que gran culpa de lo sucedido la tienen ellos, al “permitir” que ciudadanos de su país reciban esa droga.
Pero hoy, eso es lo de menos, aunque el tema se encuentre en disputa. Desafortunadamente para México, las amenazas del recién llegado a la Casa Blanca, Donald Trump, se están haciendo efectivas, pese a los esfuerzos del gobierno mexicano de minimizar la situación, de ahí que en fechas recientes México haya extraditado a 29 conocidos capos de la droga, entre ellos a quien responsabilizan del asesinato de Enrique Camarena Salazar, exagente de la DEA, en manos de Caro Quintero.
Sin embargo, eso no ha sido suficiente para que el gobierno estadounidense considere que “estamos cumpliendo” con el compromiso de acabar con el narcotráfico en México; es más, si bien es cierto que está autorizado que ingresen a territorio mexicano, elementos de la guardia americana para combatir el narcotráfico, poco se ha sabido de ello. Por lo pronto, el tema del 25 por ciento sobre los aranceles ya es vigente y lo que ha hecho el gobierno de México, ha sido “convocar” a una “multitudinaria” marcha en el Zócalo capitalino para “defender nuestra soberanía” pero, ¿eso de qué le sirve a Trump?, cuando al final este considera que “no se ha hecho lo que se debe hacer en México para combatir al narcotráfico”.
Es más, ha sido pensamiento generalizado que, a Trump, poco le ha interesado el que le hayan “entregado en charola de plata” a 29 capos, más Ismael Zambada García, mejor conocido como “El Mayo Zambada”, que se encuentra en Estados Unidos desde hace siete meses y quien se ha convertido en “la manzana de la discordia” entre México y Estados Unidos, dicen, por la información que podría dar a conocer de sus operaciones que, dicen, podrían involucrar a políticos de alto nivel mexicanos.
Entonces, nos tendríamos que preguntar: ¿Por qué la entrega de esos 29 capos de la droga entregados a Estados Unidos, no ha sido considerada relevante para Trump? ¿Será que está esperando a “otro” de mayor nivel, para empezar a considerar que sí estamos cumpliendo?.
Porque, estarán de acuerdo, no sólo se trata de los aranceles.
Definitivamente hay algo más profundo en este caso. No quisiéramos llegar a pensar que a quien quiere Donald Trump es al expresidente de México, Andrés Manuel López Obrador quien, comentan, se encuentra “refugiado” en Cuba para evitar ser alcanzado por las autoridades antidrogas de Estados Unidos.
Como sea, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, debe empezar a considerar que un solo hombre, así sea su mentor, NO ES MÉXICO.
Que, a pesar de que las políticas económicas implementadas por Trump contra México no sólo perjudicarán la economía mexicana, sino que también habrán de pegarle al vecino país del norte, pero, es tema que tampoco parece relevante para Trump, por lo que es posible esté esperando “otro tipo de respuesta” por parte de la presidenta Claudia Sheinbaum.
El convocar a una megamarcha el próximo domingo, podrá ser considerado como “tiempo perdido” aunque, sin lugar a dudas, tendremos que esperar lo que Sheinbaum Pardo quiere decir al pueblo de México y, estoy cierta que, dependiendo de lo que la señora diga, se verá cuál será la postura, de ahora en adelante, de los dos gobiernos.
Sheinbaum Pardo, sin embargo, ha dicho que, para combatir la embestida de Trump, tiene el plan A, B, C, D y casi todo el abecedario, pero no se trata de “planes alfabéticos”, se trata de estrategias políticas internacionales que permitan llegar a acuerdos que favorezcan a los dos países.
No es “agarrarse del chongo” con quien, además de ser una de las mayores potencias mundiales, su presidente es bastante terco y obstinado y, contra eso, pocos pueden tratar.
La moneda, queridos lectores, está en el aire. Desafortunadamente, parece que México no tiene un verdadero interlocutor para “poner orden” en las relaciones político-económicas entre ambos países, y eso, sí, afectará a la economía norteamericana, pero la economía mexicana ¡será aplastada!.
Ya de por sí estamos en una recesión severa (aunque digan que no es cierto, el bolsillo del pueblo está padeciendo), pero con estas acciones, dimes y diretes y necedades de ambos gobiernos, México y los mexicanos estamos en picada…