Por Karina A. Rocha Priego
Hoy quiero empezar este comentario con un caso que, seguramente, es uno de una larga lista de ciudadanos mexicanos que se han visto severamente afectados por la Unidad de Inteligencia Financiera, instancia dependiente de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público; la UIF que, en tiempos de Santiago Nieto Castillo (2020), presumió el bloqueo de más de 2 mil cuentas bancarias porque, les pareció, “algo tenían que ver con delincuencia organizada”.
Aquí, “primero matan, después preguntan”, lo cierto es que miles de jóvenes que recién inician su vida productiva sufrieron, con “la ayuda incondicional” del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria S.A. -al parecer cobra comisión por cada cuenta bloqueada-, el bloqueo de sus cuentas donde recién empezaban a recibir sus primeros sueldos.
A partir de ese momento, los afectados viven un viacrucis para saber el porqué fueron afectados, peor aun cuando la UIF, a través de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores prohíbe a todos los bancos nacionales e internacionales, aperturar nuevas cuentas a los afectados, lo que perjudicó aún más a los jóvenes afectados, y a los adultos, por qué no, que también “han sido confundidos” con delincuentes.
No puedo dejar de mencionar que, el bloqueo de esas más de 2 mil cuentas llevado a cabo en 2020 por instrucciones de Santiago Nieto, debieron ser “desbloqueadas” o por lo menos todas aquellas carentes de documentación oficial que justificara el bloqueo, pues es de todos sabido que Santiago Nieto ¡fue destituido del cargo por corrupción! en noviembre de 2021.
Más tarde, el extitular de la UIF, fue denunciado por presunto lavado de dinero, a través de una red de empresas “de extraña existencia”. Es importante destacar que, para diciembre de 2023, Santiago Nieto ya contaba con 10 denuncias en su contra, además de que se documentaron actos de extorsión cometidos por Nieto Castillo, en contra de periodistas, empresarios y políticos, por el amago de una supuesta investigación desde la UIF que fueron comprometidos con denuncias y afectaciones a su libertad, además del bloqueo de sus cuentas y el bloqueo en todas las sucursales bancarias para poder abrir cuentas nuevas.
La pregunta es, ¿con qué calidad moral, Santiago Nieto podía denunciar a cualquier ciudadano de ser parte de la delincuencia organizada? Cuando él mismo estaba dentro, haciendo uso de la Unidad de Inteligencia Financiera para cometer sus fechorías, aunque también tendríamos que preguntar, ¿qué pasó con las investigaciones en su contra?, ¿llegaron a un arreglo?, ¿amagó con denunciar a otros servidores públicos? Porque, de la noche a la mañana, esas denuncias “se apagaron”.
Estarán de acuerdo, entonces, que el sustituto de Nieto Castillo, Pablo Gómez, debió ser “muy minucioso” al momento de recibir la Unidad, toda vez que, supuestamente, las investigaciones en contra de los dueños de esas más de 2 mil cuentas bancarias, continuaron su curso, sí, pero, ¿quién nos dice que no, más de 50 por ciento de esas cuentas bloqueadas son de gente inocente?, ¿quién nos dice que esas cuentas no son propiedad de algún extorsionado por la anterior titularidad de la UIF?.
Peor aún, queridos lectores, las investigaciones que dice llevar a cabo la UIF se convierten ¡en eternas!, toda vez que tardan meses, hasta años, para resolver un caso y, peor aún, las resoluciones “se las sacan de la manga” y sin documentos legales que los amparen, acusan a los cuentahabientes de “pertenecer a células delictivas”.
Sabemos de muchos casos donde el dueño o dueña de la cuenta bancaria, sí justifica ciertos depósitos a sus cuentas, no sin antes dar mil vueltas a la Unidad de Inteligencia Financiera para que los atiendan y, aún así, son “acusados de delincuentes” sin posibilidad de poder seguir siendo parte de la Población Económicamente Activa, porque las investigaciones nunca terminan.
Nos llama la atención, por cierto, que la mayor parte de las cuentas bloqueadas en manos de la UIF, provienen del BBVA, lo que nos habla de un “posible arreglo bajo el agua” de ese banco con funcionarios de la Unidad de Inteligencia Financiera que, sin mayor recato, prefieren ¡bloquear primero!, antes de llevar a cabo una investigación seria.
Además, sería prudente preguntar al titular de la UIF, Pablo Gómez, ¿por qué no han sido investigados todos los ligados al expresidente Enrique Peña Nieto?.
¿Por qué no hacer lo mismo con Luis Videgaray Caso, toda su descendencia y sus más allegados?, ¿Porque fue secretario de Hacienda? O porque dejó blindada a toda su parentela en contra de la UIF, también puede ser porque este sujeto fue parte de un acuerdo mezquino para ¡convertirlo en intocable! Lo cierto es que pocos o ningún peñista está en la mira de la UIF, viviendo “la vida loca” como se les pega la gana con recursos robados de los mexicanos.
Hoy, México vive una violencia e inseguridad incontrolables. Miles de ciudadanos, jóvenes y adultos; hombres y mujeres, hasta niños y adolescentes, son parte de la delincuencia organizada; están reconocidos y ubicados, muchos de estos “protegidos” por “delincuentes de cuello blanco” y, ¿por qué no están siendo bloqueados e investigados como tantos cientos de mexicanos lo están hoy? En la UIF, ¿son selectivos?, o sólo “investigan” cuando “les late hacerlo”, pero ¿por qué no resolver los asuntos prontamente? Porque simple y sencillamente no les interesa.
Es urgente que la Unidad de Inteligencia Financiera haga una verdadera limpia de los casos que tiene en sus manos; que no porque “les lata mal”, perjudiquen a ciudadanos que están perdiendo todas las oportunidades productivas que se les presentan, sólo porque “son marcados e involucrados con la delincuencia organizada” sin pruebas fehacientes para hacerlo pero, como “tienen tanto trabajo” (sic), tardan años en resolver sin darse cuenta a cuánta gente están orillando a la informalidad, al mercado negro, ahora sí, a convertirse en “delincuentes” porque el Gobierno no les permite seguir adelante con sus vidas.
A eso ha orillado la UIF a miles de ciudadanos, pero no hablan de la gente que ha sido detenida porque verdaderamente forman parte de la delincuencia organizada, no hablan de cuántos miles de millones les incautan por ser parte de esas células cuando, a otros, los bloquean ¡hasta por 2 mil pesos!, argumentando que son parte de cárteles de droga o células delictivas. ¿No se les hace una incoherencia? Pues sí lo es, por lo que, insisto, es urgente hacer una revisión exhaustiva del trabajo que viene desarrollando la UIF, y no porque Pablo Gómez no pueda, sino porque, sabemos, ¡recibió una UIF corrupta, extorsionadora, amenazadora, abusiva!