Vaya panorama preocupante y poco sustentable el que enfrenta la paraestatal Petróleos Mexicanos, (Pemex), pues si no fuera suficiente con las millonarias deudas que tiene y que parece no tocar fondo, ahora se ha puesto al descubierto otro conflicto igualmente complicado, serio, que pone en entredicho la credibilidad y la transparencia de la citada dependencia.
Fuentes cercanas a Petróleos Mexicanos revelan que la paraestatal se encuentra atrapada en una crisis financiera derivada de una red de corrupción generada desde el área corporativa de Administración y Servicios, a través de su subdirector, Marcos Manuel Herrería Alamina, con la realización de negocios turbios en materia petroquímica que han afectado financieramente a la paraestatal mexicana.
Informantes revelan que dichas operaciones se han mantenido en la impunidad, debido a que el citado funcionario argumenta ser cercano al primer mandatario por el hecho de ser hermano de la esposa de Pedro López Obrador.
En esta triangulación fraudulenta aparece también Javier Núñez López, quien fue líder de Morena en Tabasco y quien también presume ser cercano a la familia López Obrador, y en contubernio con la filial PMI Comercio Internacional, que representan Gerardo Uriel Tufiño Sandoval y Ricardo Ortiz Alatriste, se ha encargado de “bloquear” la compra de químicos en el extranjero a empresas que cumplen con las normas de calidad internacionales. En contraparte han entregado contratos a empresas que no cuentan con dicha certificación y cuyos productos, de dudosa calidad, no sólo ponen en riesgo las finanzas de la petrolera, sino lo más terrible aún, también a sus trabajadores y a la población por el riesgo que pudiera provocar el uso de estos químicos que no cumplen con las normas de calidad y que ya han provocado, incluso, accidentes con víctimas mortales.
Se ha filtrado información en el sentido de que las empresas beneficiadas son Petroquimia del Golfo, de Carlos Ferrusquia Hernández, y Química Apollo, cuya cuestionable calidad de sus productos se ha traducido en una baja alarmante en la producción de la paraestatal.
El monto pagado por la adquisición de estos productos rebasa varios miles de millones de pesos. Tan sólo en febrero de este año, Petroquimia del Golfo recibió un pago por 371 millones de pesos de parte de Pemex Exploración y Producción.
Además de no cumplir con las normas internacionales, el uso de químicos para la refinación de crudo representa un riesgo latente que ya ha arrojado dos víctimas mortales en la refinería de Salamanca, que murieron por envenenamiento, aunque la “explicación” oficial fue que fallecieron por un “golpe de calor”.
Por si esto no fuera suficiente, la pésima calidad de estos químicos ha mermado la producción de crudo, lo que también ha llevado a Pemex a enfrentar multas que van de los 500 a los mil 200 millones de dólares, independientemente de los adeudos que cada día crecen con sus proveedores.
Fuentes revelan que el propio secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, ha tenido que tomar cartas en el asunto, al grado de que en la Fiscalía General de la República existen varias carpetas de investigación en torno a la corrupción que encabeza Herrería Alamina.
Por ello, además de la preocupación que ha mostrado la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, sobre las finanzas de Pemex, será necesario revisar la actuación de sus directivos y llegar a las últimas consecuencias ante la desastrosa administración de la petrolera que la tiene en números rojos y con claros ejemplos de corrupción.