Bien dicen que en la guerra y en el amor todo se vale…, pero ahora podemos agregar que en la política no cantan mal las rancheras y que cualquier acuerdo negociado por debajo del agua es válido si se trata de mantener y salvar el prestigio y la posición.
Esto viene al caso, luego de que fuentes cercanas al partido tricolor, priistas de su propio grupo cercano han filtrado información en el sentido de que Alejandro Moreno Cárdenas negocia con la 4T un voto del PRI a favor de la reforma judicial de López Obrador, a cambio de algunos arreglos a favor de él y de su partido.
Las voces indiscretas aseguran que las negociaciones se realizan a través de una de las llamadas “excorcholatas” presidenciales de Morena y la propuesta del dirigente del PRI es muy clara y tajante; sería que los diputados y senadores priistas votarán a favor del paquete judicial si a él le garantizan con certeza que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) le validará su reelección y desechará todas las denuncias de militantes de su partido en contra de su pasada Asamblea Nacional y de su reforma reeleccionista a los estatutos del PRI.
Las fuentes aseguran que esa es la primera oferta de “Alito”. Pero como el habilidoso líder priista sabe muy bien que Morena no necesita para nada de los votos priistas para aprobar los cambios constitucionales, lo que ofrece de manera servil es “legitimar” a la controvertida reforma judicial con la aprobación del partido que instituyó la última gran reforma al Poder Judicial, y que ahora votará por la reforma propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador, que deshace y desaparece al modelo de una Suprema Corte autónoma e independiente, contrapeso de los otros dos poderes, para sustituirlo por el “nuevo Poder Judicial del Pueblo”, el cual ha sido electo por el voto popular y que será impuesto por la vía mayoritaria en el Congreso.
Pero el asunto ya de por sí espinoso no para ahí, ya que entre sus otras peticiones está que al PRI le respeten el carácter de tercera fuerza política en el Senado, evitando que el PVEM reciba apoyo de Morena para cederle dos senadores, con lo que alcanzarían 16 senadores, mientras que los priistas se irían al cuarto lugar de las fracciones parlamentarias con los 15 senadores que le quedaron después de su decisión de expulsar a Manlio Fabio Beltrones de su grupo parlamentario.
A cambio de estos favores en el Senado, “Alito” Moreno garantiza a la 4T que el PRI le daría los dos votos de senadores que le faltan a Morena y sus aliados para tener también la mayoría absoluta en la Cámara de Senadores.
Las mismas fuentes aseguran que Moreno Cárdenas estaría pidiendo también que a la bancada del PRI en la Cámara de Diputados se les respeten los espacios físicos y de oficinas que hoy ocupan, incluida la famosa “pecera” que dejó Elba Esther Gordillo, y que han tenido desde hace varias legislaturas las bancadas priistas y que ya no les corresponderían por los apenas 45 diputados que tendrá el partido tricolor.
Lo que bien valdría la pena resaltar, según los informes recabados por voces cercanas al PRI, es que dichas negociaciones no se están haciendo con la presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo, ni con su equipo de trabajo, sino a través de un mensajero que fue de los que se enfrentaron a la ahora presidenta en el proceso interno morenista, por lo que pide tomarlas con reserva.
Se dice que la impresión personal y política que tiene Sheinbaum Pardo sobre el dirigente priista no es la más favorable por lo que no ha tenido contacto de ningún tipo con él.
Se dice que Alejandro Moreno volverá a traicionar su propia palabra y a su mismo partido a favor de la 4T. No sería la primera ni la última vez que “Alito” lo hiciera a favor de Morena y de AMLO, a cambio de beneficios o arreglos legales, como ya lo hizo cuando negoció el voto priista a favor del alargamiento de la presencia del Ejército y la Sedena en la estrategia de Seguridad Pública federal hasta el año 2028… Falta poco para saberlo.
