La actuación de Andrew Garfield y Florence Pugh en la tragicomedia romántica “We Live in Time”, de John Crowley, que se acaba de estrenar en el Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF), ha cautivado a la crítica. Los dos actores británicos demuestran que la química que exhiben es real.
En “We Live in Time”, Crowley juega con una creativa estructura temporal para construir años de romance entre una exitosa chef, Almut (Pugh), y Tobías (Garfield), un modesto ejecutivo de una compañía de alimentos a los que se les acaba el tiempo juntos.
Más allá del trabajo de dirección de Crowley y del delicado guion de Nick Payne, en el film es evidente la compenetración y complicidad que existe entre Garfield y Pugh, la cual, según el realizador irlandés de filmes como “Boy A” (2007) o “Brooklyn” (2015), fue instantánea desde el momento que se juntaron.
Garfield y Pugh reconocieron el apoyo que se dieron durante el rodaje, con escenas de gran intimidad y vulnerabilidad, el uno al otro.
“No hay nada que me guste más que trabajar con alguien a quien admiro y a quien de alguna manera puedo ayudar a que sea todo lo que es. Y sé que puedo hablar por Florence en el sentido de que definitivamente ella fue eso para mí. Fue como un sistema de apoyo muy simbiótico en el que ninguno de los dos se sentía amenazado por el otro”, declaró Garfield.
Pugh, por su parte, aseguró que “no hay nada más poderoso que querer ser maravilloso para alguien, ya sea queriendo ser bueno en lo que quieres ser bueno o queriendo crear grandeza con alguien”.
Se trata de algo que va más allá del trabajo, “es una cosa realmente poderosa cuando no necesariamente quieres impresionar, pero sí quieres ser lo mejor que puedas ser con esa persona”. “Y eso definitivamente fue algo que ambos compartimos desde el principio”, añadió Pugh entre gestos de asentimiento de Garfield.