Estudiantes universitarios, colectivos de buscadores de desaparecidos y otras organizaciones civiles, denunciaron que en la Central de Autobuses de Tlaquepaque, Jalisco, han desaparecido por lo menos 50 jóvenes a quienes, por diversos medios, se les prometió conseguirles empleo, hechos a los que las autoridades federales, estatales y municipales han hecho caso omiso, por lo que “les exigimos que de inmediato los localicen y procedan legalmente contra los responsables”.
Tras precisar que la desaparición de los jóvenes se ha registrado en las últimas semanas, los quejosos, entre ellos los integrantes del Colectivo Guerreros Buscadores, subrayaron que todos los casos están relacionados con personas que presuntamente contratan, en la Central Camioneta de Tlaquepaque, jóvenes para laborar en diversas entidades federativas, supuestamente con ingresos económicos atractivos.
Acompañados de padres de familia de varios de los desaparecidos, quienes se teme hayan sido reclutados por organizaciones vinculadas al crimen organizado, los denunciantes sostienen que una vez que los solicitantes de empleo han entregado la documentación que se les exige, entre ella una copia de su credencial de elector del Instituto Nacional Electoral, son citados para que acudan a una entrevista, luego de lo cual desaparecen.
Detallaron que los “empresarios”, incluso, exigen a sus futuros trabajadores vestir pantalón de mezclilla, playera o camisa negra y, en ocasiones, gorras. Se quejaron de que en repetidas ocasiones han solicitado la intervención de autoridades policiales y ministeriales, las que a la fecha han puesto “oídos sordos” a las demandas, las que por lo menos suman medio centenar.
“Nos han negado el acceso al contenido de las cámaras de vigilancia de la Central, lo que indiscutiblemente resulta sospechoso, por lo que acudiremos a las instancias que sean necesarias para localizar a los jóvenes desaparecidos, quienes bien podrían estar en manos de la delincuencia organizada, la que bajo amenazas los obligarían a formar parte de su cuerpo de sicarios, pues a los jóvenes, en muchas ocasiones, se les preguntaba si sabían manejar armas de fuego”.
