Gerónimo Gutiérrez Fernández, exsubsecretario de América del Norte en la Secretaría de Relaciones Exteriores y exembajador de México en Estados Unidos entre 2017 y 2018, afirmó que la relación bilateral es una “montaña rusa” y que México debe aprender a manejarse con el gobierno en turno, sea demócrata o republicano.
Vale destacar que durante el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador en la relación entre México y Estados Unidos se lograron avances como la firma y consolidación del Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), pero en paralelo se acumularon diferencias y tensiones en materia de energía, política, alimentos, entre otros rubros.
Detalla que durante seis años se habló de cooperación en materia de seguridad y migración, pero la realidad no correspondió al discurso.
Gutiérrez Fernández se pregunta cuánto más podrá sobrevivir una relación comercial benéfica con Estados Unidos cuando se presentan cada vez más puntos en conflicto, como la “pausa” diplomática con el embajador estadounidense Ken Salazar.
“¿Hasta qué punto México puede seguir teniendo una relación comercial como la que tenemos con Estados Unidos y acumular en otros frentes no comerciales muchos puntos de tensión y de diferencia? No tengo la respuesta a eso, pero sí creo que cada vez va a ser más difícil”.
Este sexenio, México se afianzó como el principal socio comercial de Estados Unidos, por encima de China y Canadá. Sin embargo, las tensiones entre ambos países han ido creciendo en muchos otros temas, al grado de regresar, afirma el diplomático, a la retórica de la recriminación recíproca, en lugar de la responsabilidad compartida.
Para Gutiérrez, esto ha ocasionado que la relación entre ambas naciones se esté convirtiendo en una de “socios incómodos” y no estratégicos como se procuró desde los años noventa.
“Naturalmente habrá quienes opinen que eso es inevitable dado las diferencias medulares que se han suscitado, no soy de esa idea. Lo preocupante sería que se siga con esta tendencia. No creo que sea una tendencia irreversible, creo que dependerá mucho de las decisiones que tome la próxima administración en México y por supuesto también en Estados Unidos”, añadió.
Sin importar quién gane las elecciones presidenciales de Estados Unidos, el panorama no luce prometedor para México, afirma Gerónimo Gutiérrez Fernández. Ello, debido a la acumulación de diferencias entre los dos países y a la polarización política que existe tanto en México como en Estados Unidos.
“A pesar de las diferencias que tienen el Partido Demócrata y Republicano, se tocan de alguna manera en sus extremos. Advierto que va a haber varios temas que serán preocupaciones de ambos partidos, por ejemplo, las diferencias que hay en materia de energía, del maíz genéticamente modificado, el tema de China y las inversiones chinas en México. Creo que esos temas están en el radar tanto de republicanos como demócratas”, sentencia.
Otro de los temas que ni demócratas ni republicanos soltarán es el de la seguridad y el tráfico de fentanilo, indica el especialista. “No debemos de asumir bajo ninguno de los dos escenarios (que gane Donald Trump o Kamala Harris) que habrá un horizonte muy fácil”, lanza.
López Obrador culmina su sexenio con una relación desgastada y peor de cómo estaba en 2018, pues la “pausa” diplomática con el embajador estadounidense Ken Salazar es, de facto, una “pausa” con el gobierno de Joe Biden, coinciden especialistas.
La pausa con el embajador Ken Salazar se dio después de que el diplomático criticara la reforma al Poder Judicial. AMLO calificó las declaraciones como “desafortunadas e imprudentes” y acusó a Estados Unidos de ser un país injerencista.
Para Gutiérrez Fernández, la relación entre México y Estados Unidos siempre ha tenido vaivenes y este sexenio no fue la excepción, en especial, en el tema migratorio.
“Es una montaña rusa la relación. Más allá de si son demócratas o republicanos, el gobierno mexicano tiene que aprender a lidiar con quien esté en turno. Y pues el tema migratorio me parece que es algo que rebasó a las autoridades desde este lado de la frontera”, afirma.
Este sexenio comenzó con la implementación del programa “Quédate en México”, que retenía a migrantes en suelo nacional mientras duraba su proceso de solicitud de asilo. Un programa que, según especialistas, fracasó y puso en jaque a las autoridades mexicanas y puso en peligro a los migrantes en su paso por el país.