Por Karina A. Rocha Priego
Hoy no voy a tocar el tema del DIFEM, en tanto no tenga el testimonio de algunas jovencitas DIF, que han aceptado platicar con la que esto escribe; sin embargo, voy abordar un asunto que, si bien a muchos no gustará, es necesario hacer algunas aclaraciones al respecto.
Nadie sabe mejor que la que esto escribe lo que es que nos fragüen un delito no cometido, y sabemos lo que es luchar “contra un sistema” que se dice, contrario a nuestros principios y al cómo pensamos realmente.
Es aquí a donde escudriñando en el asunto del Poder Judicial, llegamos a un punto donde el caso de aquel del plagio de una tesis en manos de la ministra Yasmín Esquivel Mossa, fue una trama fraguada por un grupo de juristas que buscaban impedir que esta llegara a la Presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, recordando que ella era parte de una terna para ocupar dicho cargo y, en ese momento, la más fuerte.
Pero en un afán de impedir que esta ocupara ese espacio, es que se buscó “algo” para manchar su imagen, por lo que, valiéndose del tema de la farsa de una tesis profesional y pagando cientos de millones de pesos a medios de comunicación y a algunos legisladores, se hizo mediático el “delito” y, fue a tal grado el mitote que se armó, que Esquivel Mossa quedó fuera de la posibilidad de ocupar el cargo de presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, dando entrada a Norma Piña.
No quiere decir que la actual magistrada presidenta no tenga la capacidad, sin embargo, ese enjuague contra Yasmín Esquivel, lo único que logró fue enfrentar al entonces jefe del Ejecutivo con la Suprema Corte y hoy, derivado de una reforma judicial que afectará a todo el sistema, quienes planearon la caída de la ministra Esquivel, también caerán, uno a uno, perdiendo lo que hasta ahora creían sería “permanente”, o por lo menos, por varios años más, pero no será así.
Sin embargo, con esta reforma, resulta que, una vez más, Esquivel Mossa estará en la terna para ocupar la presidencia de la SCJN, con la salvedad de que hoy el Senado de la República es “Morena, como marca registrada”, o sea, las posibilidades de que Yasmín Esquivel sea quien sustituya en el cargo a Norma Piña, son de un muy alto porcentaje.
No quisiéramos suponer que el enfrentamiento que se ha vivido en los últimos meses entre el Ejecutivo y el Poder Judicial, haya hecho que, en un acto de “irritación”, se tomara la decisión de llegar al punto de que, a través de ¡una tómbola!, algunos de los magistrados que forman parte de la SCJN, fuera destituidos de sus cargos sin mayor explicación ni posibilidad “de defenderse” ante esa “inquisitoria decisión”, pero así fue. La primera que dejara su cargo será Norma Piña.
Lo anterior, no es más que una clara muestra de que este fue un “juego sucio” contra Yasmín Esquivel Mossa, para evitar que llegara al cargo que, de una u otra manera ocupará de todos modos, por encima de todos aquellos que fraguaron la trampa en su contra.
Insisto, nadie mejor que nosotros sabe cómo se puede perder mucho, gracias a la mezquindad de unos cuantos que, por proteger “el sueldito”, “el carguito”, la fama, han sido capaces de “vender su alma al diablo”, sin percatarse de que ese “jueguito” terminaría por fastidiar a todos los mexicanos, pues esto se convirtió en una cacería entre la ministra presidenta Norma Piña con el expresidente, heredando el conflicto -que se ha recrudecido- a la actual administración federal.
Lo más triste es que la propia UNAM se haya prestado al juego, pues, se sabe, existen otras tantas tesis que cuyas semejanzas podrían “confundirse con plagio” pero, no saben muchos, la que puede acusar de que su tesis fue plagiada, es la ministra Yasmín Esquivel Mossa quien, seguramente, llegará hasta ese punto para limpiar su imagen y, de llegar a la presidencia de la SCJN, hacerlo sin “milagritos colgando” y sin pagar a medios para denigrar a juristas, como se llevó a cabo en anterior elección en la SCJN.
Tiempo al tiempo, queridos lectores, toda vez que este entramado, pronto saldrá a la luz pública, donde “la marcha del dinero” fue la causa y motivo que llevó a que la ministra Esquivel no fuera, entonces, la titular de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.