Cuba fue sacudida por dos fuertes terremotos de magnitudes 5.9 y 6.8, que se sintieron en diversas ciudades del sur, reportó el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).
El primer terremoto fue de magnitud 5.9 y a las pocas horas se registró un segundo sismo de magnitud de 6.8, el cual se produjo a 23.5 kilómetros bajo el océano. El USGS situó este epicentro a 14.2 kilómetros de profundidad en el océano, a unos 35 kilómetros de la costa de Bartolomé Maso, en la provincia de Granma, y a unos 175 kilómetros de Santiago de Cuba.
Las autoridades han comunicado que, aunque no hubo alerta de tsunami y no se reportaron víctimas hasta el momento, el impacto del temblor generó pánico y obligó a muchos a salir de sus casas y a permanecer en la calle por precaución. Mientras que algunos edificios reportan leves daños.
Una habitante de Palma Soriana, en Santiago de Cuba, relató para un medio local el angustioso momento que vivió durante el sismo: “Sentí que toda la casa se estremecía y salí de inmediato para la calle. Ahora mismo seguimos afuera, sin entrar porque tenemos miedo”.
Los sismos afectaron a una población ya golpeada por recientes desastres naturales, que agravan la situación de muchos habitantes. Aunque las autoridades han indicado que los daños físicos han sido leves, el temor se presentó de nuevo para muchos cubanos. “La gente está alerta, con miedo de una réplica aún más fuerte”, expresó otro residente.
Los expertos del Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas de Cuba (Cenais) señalaron que esta zona ha presentado una alta actividad sísmica en el último año. Según Cenais, en 2023 se registraron más de 7,000 sismos en Cuba, la mayoría en la falla Oriente, ubicada a lo largo de la costa sureste de la isla, y cerca del 70% de los movimientos telúricos perceptibles provienen de esta región.
Tan solo el pasado 17 de octubre, un temblor de magnitud 5.1 sacudió Santiago de Cuba, dejando huella en los residentes que ahora experimentan nuevamente el miedo y la incertidumbre que estos fenómenos suelen provocar.
El impacto del sismo se suma a las dificultades crecientes que enfrenta el país. Hace apenas unos días, el huracán Rafael, de categoría 3, golpeó el occidente de Cuba, dejando a miles de personas sin electricidad por más de 48 horas. Ahora, este sismo en el oriente de la isla agrega otra capa de tensión y desgaste emocional a los cubanos que buscan recuperarse de los recientes apagones y las condiciones climáticas adversas.