Medios occidentales informaron que el presidente de EE.UU., Joe Biden, así como las autoridades del Reino Unido y Francia, habían dado luz verde al régimen de Kiev para lanzar ataques con misiles de largo alcance contra las profundidades del territorio de Rusia.
The New York Times fue el primero en hablar de ello. Citando a personas familiarizadas con el asunto, informó que Biden, quien durante mucho tiempo se había resistido a las peticiones del régimen ucraniano al respecto, cambió de opinión y autorizó ataques contra el territorio ruso internacionalmente reconocido con armas de largo alcance de fabricación estadounidense. The NYT calificó la decisión de Biden de “un cambio importante en la política estadounidense”.
Según los funcionarios estadounidenses que hablaron con el medio, la primera agresión probablemente se llevará a cabo contra “las tropas rusas y norcoreanas en defensa de las fuerzas ucranianas en la provincia de Kursk, en el oeste de Rusia”. Al mismo tiempo, afirmaron que “no esperan” que tal paso “altere fundamentalmente el curso” del conflicto entre Moscú y Kiev, sino que su objetivo consiste en “enviar un mensaje a los norcoreanos de que sus fuerzas son vulnerables y que no deberían enviar más”. Cabe señalar que, hasta el momento, Rusia no ha confirmado oficialmente la presencia de tropas norcoreanas en Kursk.
Posteriormente, Reuters, citando a sus fuentes, informó que Kiev planea atacar el territorio ruso con misiles de largo alcance de fabricación estadounidense ATACMS, que tienen un alcance de unos 300 kilómetros, en los próximos días. Sin embargo, debido a preocupaciones de seguridad operativa, no se detalló qué tipo de objetivos será atacado, ni se dio la fecha de la acción.
Más tarde el mismo día, el rotativo francés Le Figaro informó que París y Londres también autorizaron al régimen de Kiev utilizar sus misiles de largo alcance Storm Shadow/SCALP para lanzar ataques en las profundidades del territorio ruso. Los Storm Shadow, desarrollados conjuntamente por Francia y el Reino Unido (en Francia se llaman ‘SCALP’), son misiles de crucero sigilosos de la clase aire-tierra que tienen un alcance de más de 250 kilómetros.
En este contexto, algunos funcionarios estadounidenses advirtieron que el uso de misiles por parte de Ucrania “al otro lado de la frontera pudiera impulsar al presidente ruso, Vladímir Putin, a tomar represalias con la fuerza contra Estados Unidos y sus socios de la coalición”. A su vez, hay quienes “dijeron que pensaban que esos temores eran exagerados”.
Mientras tanto, la Casa Blanca declinó hacer comentarios al respecto. Las autoridades de Francia y el Reino Unido tampoco se han pronunciado hasta ahora sobre el asunto.
Por su parte, al hablar sobre el tema, el líder del régimen ucraniano, Vladímir Zelenski, no confirmó directamente la autorización, pero tampoco la desmintió. “Hoy en día, muchos medios de comunicación dicen que nos han dado autorización para las acciones apropiadas. Pero los golpes no se hacen con palabras. Tales cosas no se anuncian. Los misiles hablarán por sí mismos. Definitivamente”, afirmó.
Mientras tanto, el presidente de Lituania, Gitanas Nauseda, declaró que Ucrania recibió este permiso. “¡Ha llegado este día! Ucrania ya puede atacar instalaciones militares rusas con misiles de largo alcance. Este es un momento decisivo en la lucha contra la agresora Rusia. La paz no puede lograrse mediante la debilidad”, escribió en su cuenta de X.