Las recientes declaraciones del primer ministro de la provincia de Ontario, Doug Ford, y otras figuras políticas de Canadá han generado un debate sobre la permanencia de México en el Tratado comercial que mantiene con Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Sin embargo, detrás de estas declaraciones contra el acuerdo tripartita hay una doble intencionalidad,
Por un lado, tratar de acusar al primer ministro canadiense, Justin Trudeau, por no ser capaz de defender los derechos e intereses del país.
Y por el otro, como trasfondo del primero, formar parte de la estrategia del Partido Conservador para evitar la reelección del jefe de Gobierno en 2025.
Ahora durante la Conferencia de Manufactura de América del Norte 2024, rea-lizada en la ciudad de Ottawa, aseguraron que a nadie le conviene que México salga del acuerdo debido a que existe una fuerte integración que se ha construido a lo largo de los años.
Dennis Darby, presidente de la Confederación de Industrias Manufactureras y Exportadores de Canadá (Canadian Manufacturers & Exporters), afirmó que tanto la relación comercial como económica que hay entre los tres países, en particular con México, está totalmente consolidada y en un franco crecimiento.
“No vemos viable que pudiera desintegrarse el CUSMA (T-MEC, por las siglas con las que se le conoce en Canadá) porque las economías y el intercambio comercial de muchos sectores industriales ya están perfectamente integrados a los tres países”, comentó Darby.
“Las declaraciones recientes responden a un tema más político electoral, sin embargo, todo acuerdo se puede mejorar y para eso será la revisión en 2025”, agregó.
A su vez, Jay Timmons, presidente de la Asociación Nacional de Manufactureros de Estados Unidos, coincidió en que se debe fortalecer el acuerdo entre las tres naciones y mejorarlo en sus áreas sensibles.
Por su parte, Alejandro Malagón Barragán, presidente de la Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos (Concamin), explicó que sólo se trata de declaraciones políticas y que no existe la posibilidad de que Canadá propusiera, de manera formal, la salida de México del T-MEC.
“Hay un gran grupo de empresas grandes, medianas y pequeñas (PyMes) que están instaladas tanto en Estados Unidos como en México, que saben que es muy importante que el Tratado funcione”, señaló.
“Los pronunciamientos de algunos gobernadores son teorías de ellos, pero de fondo no hay intención real en un tema de negocios, porque el único bloque que puede hacer que las economías de México, Canadá y Estados Unidos crezcan es la manufactura industrial”, puntualizó.
“Si estamos unidos vamos a seguir siendo el bloque que pueda mover la aguja en el mundo”, enfatizó. Por otra parte, Doug Ford, conocido por su postura proteccionista y miembro del Partido Conservador, presumió que todos los gobernadores de las 10 provincias y los tres territorios de Canadá, incluidos los del Partido Liberal (al que pertenece y es líder Trudeau), estaban a favor de discutir la salida de México del acuerdo.
Sin embargo, hasta ahora ningún otro gobernador (primeros ministros provinciales) fuera de Doug Ford y Danielle Smith, de Alberta, se han pronunciado formal y públicamente al respecto.
El sentimiento antimexicano en ciertos sectores del gobierno canadiense, como los representados y promovidos por Ford, parece estar motivado por preocupaciones sobre la competencia desleal, pero también por un oportunismo político.
A la postura de Ford se sumó la conservadora gobernadora de la provincia de Alberta, Danielle Smith, quien aseguró que sectores como la manufactura de automóviles y autopartes afectan la competitividad de las industrias tanto en su país como en Estados Unidos y afirmó que se debe pensar primero en Canadá.
De igual manera, la postura oficial del Gobierno Federal parece responder más a las críticas internas en Canadá que a una necesidad real de cuestionar la permanencia de México en el acuerdo.
La ministra del Interior, Chrystia Freeland, expresó cierta inquietud sobre la relación comercial entre México y China, sugiriendo que nuestro país ha sido laxo al permitir que productos chinos ingresen indirectamente al mercado norteamericano.