CAMBIANDO DE TEMA

Relaciones internacionales entre México y Estados Unidos, se definen en “ring de boxeo”

Por Karina A. Rocha Priego

Y como diría la canción ¿A dónde vamos a parar? El Gobierno Federal sigue entre dimes y diretes con las autoridades de Estados Unidos. Es una rebatinga de a ver quién puede más y a ver quién causa más daño a quién, el problema, queridos lectores, es que un “gobierno porril” se está poniendo “con Sansón a las patadas”, aun sabiendo que va a perder, bueno, ¡vamos a perder todos!

Nos estamos quejando del “autoritarismo” de Donald Trump quien, todavía no asume el poder y ya está “amenazando” a países como México y Canadá de incrementar sus aranceles, porque eso le parece bien al “empresario presidente electo” a quien, por cierto, no le ha ido muy bien en cuanto a sus finanzas se refiere, pero este quiere “entrar a un segundo periodo de gobierno, con todo”.

Lo realmente preocupante, es eso que, con el regreso de Trump a la Casa Blanca, llega lo que tanto han criticado los estadounidenses, el autoritarismo, el populismo, y el buscar hacer valer “la ley del más fuerte” y, en ese tenor, México pierde por “default”, pues si no podemos combatir con nuestras fuerzas al propio narcotráfico que opera en México, mucho menos podremos con el monstruo norteamericano.

Pero debe encontrarse un punto de negociación para que nuestro país no resulte tan severamente afectado. A los norteamericanos, no les importa si hay acuerdo comercial o no con México -por ejemplo-, al parecer, ellos ¡no nos necesitan!, pero nosotros a ellos, desafortunadamente para el gobierno mexicano, sí.

Nada más piensen un poquito. Trump dice que, si México no controla el tráfico de fentanilo hacia Estados Unidos, se le impondrán aranceles de 25 % pero, como ya se ha dicho, para nuestro país, el comercio exterior representa 66 % del Producto Interno Bruto, y el vecino país del norte es nuestro mayor comprador, por lo que, hablar de un arancel de 25 % sería un golpe mortal para la ya tan lastimada economía mexicana.

Hoy, muchos se preguntan, ¿por qué será que México prefiere proteger a los narcotraficantes y no a los mexicanos, a la patria? Creo que ustedes, queridos lectores, saben por qué, sin embargo, estarán de acuerdo en que, a lo único que quiere llevar este Gobierno a México es a una recesión y hambruna incontrolables.

Nos quejamos del autoritarismo de Trump, pero, ¿por qué no ver la paja en el ojo del Gobierno Federal? Al final, está imponiendo, ¡de pantalones, y le parezca a quien le parezca!, una política comunista e invasora, donde lo primero que se pierde es la libertad de los ciudadanos en todos los sentidos. Mexicanos que tendrán que acostumbrarse a las “migajas” que el Gobierno les dé para mantenerlos “cinchos” y no precisamente contentos.

Pero, al gobierno de Claudia Sheinbaum se le ocurrió defenderse -y esta bien, pero hay formas y fondos-, enviando una misiva al presidente electo Donald Trump a donde, palabras más, palabras menos, asegura que, “de hijo de la fregada, a hijo de la fregada y medio”, que “a un arancel, vendrá otro en respuesta y así hasta que se pongan en riesgo las empresas en común”.

Ahora. Si bien es cierto que el gobierno de Estados Unidos es tan responsable como el Gobierno de México del trasiego de drogas, también lo es que los cárteles mexicanos han sabido meterse al vecino país del norte y los estadounidenses no han sabido detenerlos y mucho menos han podido evitar que sus conciudadanos sean consumidores en potencia.

Los dos países, tal vez por circunstancias diferentes, han sido incapaces de detener el narcotráfico entre ambos, pero, honestamente, el Gobierno de México está más preocupado por “mantener” lo que muchos han llamado “un narcogobierno”, por aquello de los apoyos recibidos en campañas y para llegar al poder, que en frenarlos y frenar la violencia encarnizada que se ha desatado desde el sexenio pasado en México.

Por otro lado, Sheinbaum Pardo asegura en la misiva enviada a Trump, que es públicamente conocido que los precursores químicos para la fabricación de esta y otras drogas sintéticas entran a Canadá, Estados Unidos y México de manera ilegal proveniente de países asiáticos, para lo cual es urgente la colaboración internacional, pero llama la atención esta afirmación, no porque no pueda ser cierta, sino porque, entre “los conflictos y dimes y diretes” está el, ¿qué pasará con el Tratado de Libre Comercio entre México, Canadá y Estados Unidos”, para lo cual, el Gobierno mexicano, parece tener más interés en llevarlo a cabo con Rusia y China, y desaparecer el que, por tantos años ha favorecido a los mexicanos pero, si hablamos de “China”, hablamos de fentanilo, que son los principales productores de la droga, entonces, ¿es doble discurso el del Go-bierno mexicano para con Trump?

Además, de China y Rusia, México no recibe nada; de Rusia, menos que de alguien más y, de los chinos, sólo invasores que han adoptado a “los mexicanos” como “chalanes a bajo costo” que retribuyen a la economía del gobierno comunista de aquel país asiático, y no a la economía de los mexicanos, pero sí a la de sus gobernantes, pero nada más.

Esta lucha por el poder, puede traernos consecuencias todavía más lamentables de las que se están padeciendo. A las amenazas de Trump hay que tomarlas en serio y con respeto pues, de ser cumplidas, queremos saber qué hará el gobierno mexicano para sacar del “agujero financiero” a nuestro país, cerrándonos las puertas a la posibilidad de préstamos, digamos del Fondo Monetario Internacional que domina Estados Unidos y del que México es miembro, entonces, ¿puede usted imaginarse lo que pasará?

¿Le pediremos dinero prestado a China? A lo mejor sí y lo más que harán es enviarnos “más chinos”; y, ¿a Rusia?

Tal vez sí, pero, tengan por seguro que ¡ni nos volteará a ver!

Entonces, ¿cuál será la tirada del Gobierno mexicano con esta situación que se ha creado entre Estados Unidos y nosotros?

Seamos coherentes, la cercanía que tiene México con Estados Unidos, es el “punto de quiebre” para obligarnos a ser “más comprensivos y decentes”, no dejados, no manipulados, pero sí más “diplomáticos” para evitar una catástrofe económica, perdemos más nosotros que nuestros vecinos y, bueno, “la siembra de odio” de Trump sobre sus conciudadanos, da como resultado lo que hoy estamos padeciendo, preguntándonos, ¿qué parte somos de diminutos al lado de los estadounidenses que no han entendido las autoridades mexicanas?…

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