Apenas unos días atrás se había filtrado la denuncia lanzada por la Asociación Mexicana de Empresas de Servicios Petroleros (AMESPAC) quienes exigen a la paraestatal Petróleos Mexicanos (Pemex) el pago de más de 103 mil 602 millones de pesos que adeuda a sus empresas agremiadas y que son proveedoras de bienes y servicios de la petrolera.
En ese sentido, el organismo advirtió que la crisis por la falta de pagos, también está teniendo un impacto negativo en las regiones o estados cuya economía depende de la actividad petrolera.
Por ello, exigía que se les diera a “conocer a la brevedad, una programación confiable de pagos para cubrir tanto los adeudos atrasados como los corrientes, que nos brinde certidumbre en el desarrollo de nuestras actividades operativas y en el cumplimiento de los compromisos financieros adquiridos”.
Y la respuesta no tardó en llegar una vez que la paraestatal ha adelantado que dadas las condiciones inestables en las que podría caer la economía del país, no hay condiciones para poder pagar la millonaria deuda que tiene con sus proveedores.
Datos de Pemex muestran que la deuda total documentada a corto plazo que tiene con sus proveedores de bienes y servicios alcanza los 402 mil 874 millones de pesos, siendo la cifra más alta registrada por la empresa.
De este monto 12.5 %, es decir, 50 mil 458 millones de pesos son adeudos con integrantes de AMESPAC; que adicionados con 53 mil 144 millones de estimaciones por trabajos terminados y ya entregados que aún no cuentan con registro, arrojan una deuda total de la petrolera superior a los 103 mil 602 millones.
Aseguró que esta situación “ha causado un efecto adverso” en las finanzas de estas empresas, muchas de las cuales se encuentran en crisis debido a la falta de liquidez, lo que repercute directamente no sólo en sus operaciones, sino en la remuneración de sus empleados y de sus propios proveedores.
Y por si ello no fuera suficiente, ahora surge una nueva alerta sobre una posible pérdida de la calificación crediticia de México, como país seguro para la inversión y la contratación de deuda, de la calificadora HR Ratings, que pasó la calificación de nuestro país de “estable” a “negativa”, igual que lo hizo la semana pasada Moodys.
Argumentando la “debilidad institucional” que está mostrando México, en el caso de Moodys y la caída de las expectativas de crecimiento de la economía nacional para 2024 y 2025, ambas calificadoras prevén en 1.4 y 1.1, muy lejos de los pronósticos de 2.1 y 2.3 de la Secretaría de Hacienda, las dos calificadoras estadounidenses mandaron una señal clara de lo que puede venir para México si no se toman medidas para reducir el enorme déficit fiscal que hoy tiene y renegocia la enorme deuda de Petróleos Mexicanos, entre otras acciones urgentes que tendría que tomar el gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo.
Ante este panorama, según revelan fuentes cercanas a Petróleos Mexicanos todos en el sector económico reconocen el enorme lastre en el que se ha convertido Petróleos Mexicanos, la empresa que ni con todo y su reforma legal para volverla de nuevo “del Estado”, logra frenar su enorme e histórica deuda financiera vencida, que ya rebasa los 100 mil millones de dólares, como en los adeudos que tiene con proveedores.
Según revelan esas mismas fuentes informantes, los empresarios reclaman que la morosidad de la anterior dirección de Pemex les causó serios daños financieros, de liquidez y operación a sus empresas, pero también afecta a las comunidades y ciudades en donde operan dichas empresas, por lo que solicitan un programa de pagos confiable, que sea cumplido por la petrolera, tanto en adeudos atrasados como en los corrientes.
Petróleos Mexicanos ha reportado de manera oficial al cierre de 2024 una deuda total de corto plazo de 402 mil 847 millones de pesos, aunque fuentes internas de la empresa sostienen que esa cantidad se queda corta y que en realidad la actual dirección de Víctor Rodríguez Padilla heredó, como parte del desastre que le dejó Octavio Romero Oropeza, una deuda con proveedores que supera los 700 mil millones de pesos.