“Mi otro cuerpo viviente”, de Anna Korotkova, fue una de las obras seleccionadas en la décima edición de la Bienal Internacional de Arte Visual Universitario de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), cuyos trabajos ganadores y seleccionados se exhiben en Galería Délfica, ubicada en el Edificio UAEMitas de la institución.
Sobre este trabajo, la artista visual, quien estudia el posgrado en la Universidad Nacional Autónoma de México, detalló que para crear el tríptico “Mi otro cuerpo viviente” tomó fotos de su cuerpo con una cámara polaroid y después, puso las impresiones en el micelio, la parte subterránea del hongo, que cultivó en su estudio.
“Dejé las imágenes metamorfosear por varios meses, para que las hifas, la humedad y el tiempo empezaran a romper el marco plástico del polaroid y lo penetraran. Una vez roto el marco, la imagen empieza un proceso de cambio sustancial que desemboca en la desaparición total de la imagen original”, explicó.
Posteriormente, puntualizó, sacó los polaroids cuando el esmalte ya estaba afectado y la piel de las imágenes había empezado a arrugarse, romperse, perder su color. “Entonces, los escaneé para imprimir ampliaciones que encapsulé entre placas de acrílico, tratando de preservar el momento de la vulnerabilidad de la imagen, el momento de su lento tránsito hacia el olvido, algo que va a pasar con mi cuerpo y con los cuerpos, queridos y desconocidos, de quienes me rodean”, dijo.
Me interesa, indicó, cómo va a descomponerse mi cuerpo, pero en este caso, mi cuerpo simbólico representado en una imagen y en “Mi otro cuerpo viviente” trato de hablar sobre cómo podemos pensar la descomposición en otras formas y cómo podemos ver en determinados procesos lo sublime y bello.
Anna Korotkova, Maestra en Cultura Visual y Arte Contemporáneo por la Universidad Aalto (Helsinki, Finlandia) y quien vive desde hace seis años en México, abundó que escogió esta obra para participar en la Bienal Internacional de Arte Visual Universitario de la UAEMéx porque la quería producir, ya que solamente la tenía en imágenes, así que vio una buena ocasión para, si era seleccionada, producirla y verla en físico.
“Me encantó participar en esta bienal y la pasé muy bien. Me gusta cómo está montado mi trabajo. Quedó justo como lo quería. Me gustó que tiene su propio espacio y cómo dialoga con obra de otros artistas plásticos. Aprecio mucho la línea curatorial. Fue una experiencia muy grata”, concluyó.