CAMBIANDO DE TEMA

Aumenta cifra de adolescentes muertos por ingesta de alcohol adulterado

Estamos en tiempos de graduaciones en todo el país. Son todos los alumnos que han concluido su educación preparatoria y, sea cual fuere el centro escolar de donde estos jóvenes egresan, para muchos es importante asistir a la tradicional ceremonia y fiesta de graduación.

Jóvenes y jovencitas se alistan con sus mejores galas; los organizadores, hacen todo lo posible porque los egresados tengan un gran evento, sobre todo cuando, en educación preparatoria o media superior, el índice de deserción en México es de 9 de cada 100 alumnos y, los que logran salir, lo hacen con mucho orgullo.

Pero algo ha cambiado. Hoy, los jóvenes, hombres y mujeres, tienen la absurda idea de que, si no es con alcohol, no hay diversión y, lamentablemente, la falta de atención de los padres, la falta de guía y de enseñanza sobre este punto tan importante, es lo que lleva a que muchos de estos egresados se queden, o, mejor dicho, se vayan sólo con eso, con una fiesta de fin de cursos, sin llegar a concluir sus sueños profesionales.

Es verdaderamente triste, queridos lectores, ver cómo jovencitos y jovencitas pierden “la compostura” al paso de las horas en una fiesta o reunión, el cómo se tambalean para convertirse en el “centro de atención y burla” de sus compañeros, el cómo llegan a salir del lugar y nunca llegar a sus hogares porque fueron víctimas de un fatal accidente.

Vemos cómo estos adolescentes (porque, aunque todos puedan tener 18 años o más, no dejan de ser adolescentes) terminan tirados en el suelo, convulsionándose hasta perder el sentido, lo que obliga a pedir los servicios de emergencia para su atención inmediata. Unos alcanzan a llegar al hospital, otros no.

Según estadísticas, en México, cada año mueren 24 mil personas en accidentes automovilísticos relacionados con el consumo de alcohol. México ocupa el 7.º lugar mundial en muertes de niños y jóvenes por esta causa.

Pero hay otro problema aún más grave: ¡la bebida adulterada! No sólo en celebraciones de fin de cursos, sino en cualquier antro o “centro de diversión” (sic) para jóvenes y adultos, se ha dado de manera reiterada la venta de alcohol adulterado, lo que ha provocado la muerte de miles en este país.

Es más, el alcohol adulterado, hoy está considerado como la otra epidemia que está causando muertes en México; la propagación de alcohol adulterado, sólo es una muestra de que las restricciones a la venta de bebidas embriagantes, lejos de disminuir, ha fomentado la expansión de un “nuevo” mercado negro que, sin lugar a dudas, genera multimillonarias ganancias, toda vez que esas, son ofrecidas a un menor costo que cualquier otra bebida “original y supervisada”, lo cual es atractivo sobre todo en niños y adolescentes, pues han de saber, queridos lectores, que cada vez es más alto el índice de niños y niñas internos en el vicio del alcohol.

En 2020, por ejemplo, cuando se padeció en México la pandemia del Covid-19, la Comisión Nacional contra Adicciones, dio a conocer que, en un laso de tres meses, 200 personas habían perdido la vida en 11 estados de la república por presunto envenenamiento con alcohol, sin incluir las muertes ocurridas en viviendas particulares.

Es importante señalar que estos tipos de alcohol adulterado tienen por lo general un contenido alcohólico extremadamente alto; nada menos en un solo mes, un lote de licor derivado de caña de azúcar, con un grado sorprendente de 96 por ciento de alcohol, se asoció a 21 muertes en los estados de Jalisco y Michoacán.

Desafortunadamente, este tipo de decesos ha ido al alza en México, lo que derivó que en muchos municipios prohibieron la venta de bebidas alcohólicas legales.

Fue muy sonado que las autoridades dieran a conocer que al menos 40 personas en dos estados del centro de México, fallecieran luego de ingerir metanol, seguramente hallado en las bebidas consumidas.

Según se dice, el metanol es un primo venenoso del alcohol etílico de los licores habituales y no puede olerse ni saborearse en las bebidas. Causa daños en los órganos y en el cerebro, y sus síntomas incluyen: dolor en el pecho, náuseas, hiperventilación, ceguera e incluso coma.

Ese, por ende, es el grave problema al que se enfrentan niños y jóvenes al acudir a los “antros” o “centros de diversión” sin prevención de los padres de familia, que les adviertan que ahí les pueden dar bebidas adulteradas que terminan, literalmente, con sus vidas, aunque sea responsabilidad de esos lugares lo que suceda a estos adolescentes, pero los jóvenes no lo saben.

Pero, ¿por qué no hay vigilancia en esos lugares donde se expenden bebidas embriagantes? Porque lamentablemente aquí entra un caso grave de corrupción, donde inspectores “se igualan” con propietarios o gerentes no sólo de antros, sino también de restaurantes, para no llevar a cabo revisiones periódicas de las bebidas que ofrecen al público.

De igual manera, la Procuraduría Federal del Consumidor, a través de sus delegaciones, está obligada a llevar a cabo estas inspecciones, no sólo para detectar abuso en el precio de lo que se ofrece, sino para verificar que estas sean realmente “puras” -por llamarlo de alguna manera-, o sea, que no se encuentren adulteradas con metanol, pero también caen en la “tentación de la corrupción”.

De ahí la importancia que los padres de familia estén al pendiente de sus hijos, sin importar la edad o sexo, todos están expuestos.

Es más, si cualquier adulto que se supone podría tener más experiencia en esos menesteres, son engañados y asesinados, literalmente, vía bebidas adulteradas, cuanto y más los niños y adolescentes que truncan su vida, por la voracidad de unos cuantos y la falta de supervisión de otros tantos.

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