De acuerdo con expertos en las relaciones entre México y Estados Unidos, luego de la plática del lunes entre Donald Trump y Claudia Sheinbaum, se ha registrado una mayor presencia de aeronaves, buques militares y navales de Estados Unidos ‘rondado’ las costas y los cielos mexicanos, así como la frontera entre ambos países.
Señalan que, si bien este tipo de operaciones militares estadounidenses no son nuevas, ahora se realizan con mayor frecuencia, lo que coincide con el acuerdo de aplazar la imposición de aranceles un mes a cambio de mayor colaboración para sellar la frontera al tráfico de fentanilo.
Entre los vehículos que, los últimos días, se han ‘acercado’ a territorio nacional, están el USS Nimitz, un portaaviones de la Armada de los Estados Unidos, y un Boeing P-8 Poseidón, mejor conocido como el “cazasubmarinos”, que la Marina estadounidense ha utilizado en su estrategia de combate al tráfico de drogas marítimas y ubicar naves o submarinos rusos y chinos.
“Desde hace tiempo hay portaaviones americanos en aguas internacionales, pero lo que está ocurriendo es que ahora se están acercando más para mejorar la calidad de las intervenciones (de inteligencia) y recuperar sus aviones en sus operaciones aéreas”, afirma David Saucedo, experto en seguridad.
Además de la Marina, la Guardia Costera, otra rama de la milicia estadounidense, realiza recorridos en la zona aledaña a la frontera, aunque siempre dentro del rango de distancia de las aguas internacionales.
No obstante, el oficial añadió que recientemente el número de vuelos y solicitudes de vigilancia fronteriza sí se incrementó como parte de un ‘blindaje’ en la zona.
“Creo que sí puedo afirmar que hay más presencia en algunas zonas y más visibilidad”, dijo con la condición de anonimato.
“Hay una sensación de alerta y de tener más claridad de la que teníamos sobre lo que ocurría en las áreas contiguas a México”, precisó.
Para Víctor Hernández, catedrático del Tec de Monterrey y experto en temas de seguridad nacional, considera que la intención de designar a los cárteles como organizaciones terroristas por parte del gobierno de Donald Trump, ha abierto la posibilidad de labores de investigación ‘más directas’ en territorio mexicano.
Estos sobrevuelos militares se harán cada vez más frecuentes como parte de los acuerdos en materia de seguridad entre México y Estados Unidos.
“Estos vuelos son en zonas donde se tiene la sospecha de que están arribando embarcaciones o aviones con precursores químicos o con fentanilo. Es una labor de inteligencia pactada entre ambos países que Estados Unidos está haciendo más evidente”, anotó un analista.
Presencia militar estadounidense
Se tiene conocimiento de que el pasado 3 de febrero, un día después de la llamada que sostuvo la presidenta Claudia Sheinbaum con su homólogo estadounidense, Donald Trump, un avión RC-135V “Reviet Joint” de la Fuerza Aérea de Estados Unidos sobrevoló el Mar de Cortés frente a costas de Sinaloa y Sonora. Este avión cuenta con el más avanzado sistema de intervención de telecomunicaciones, pues sus sensores permiten detectar, ubicar y registrar radiofrecuencias que son utilizadas por integrantes del crimen organizado para su logística.
La tarde del 4 de febrero, un avión Boeing P-8 Poseidón, conocido como ‘cazasubmarinos’, sobrevoló durante casi dos horas frente a las costas de Baja California a la altura de Ensenada, México.
El avión partió alrededor de las 8:00 a.m. desde la base aérea naval de Whidbey, al norte de Estados Unidos, y se dirigió a la frontera con México, en los límites de Yuma, Arizona y San Luis Río Colorado, Sonora, donde dio varias vueltas en círculos hasta dirigirse hacia la costa de San Diego, California.
El “cazasubmarinos” posteriormente se internó hacia el Pacífico, donde realizó diversas maniobras frente a costas de Baja California. Esta aeronave es utilizada por la Fuerza Naval de Estados Unidos para operaciones de combate al tráfico de drogas marítimo, detección de submarinos, intervención de telecomunicaciones y rastreo de objetivos. Las actividades del P-8 Poseidón coincidieron con el desplazamiento de un portaaviones estadounidense en la misma zona.
El miércoles 5 de febrero, dos aeronaves de la Fuerza Aérea y la Marina de Estados Unidos se posicionaron frente a las costas mexicanas. Una de ellas, un Grumman C-2 Greyhound, despegó de la base naval de San Diego, California, alrededor de las 17:00 horas con destino a las costas de Baja California.
Por otro lado, un Boeing KC-135R Stratotanker, empleado para el reabastecimiento de combustible en vuelo, sobrevoló la zona de Ensenada durante más de una hora.
El martes, el navío militar USS Nimitz (CVN-68) fue visto y fotografiado frente a las costas de Ensenada, horas después de que autoridades mexicanas y estadounidenses acordaran despliegues militares en la frontera para frenar la migración y el tráfico de fentanilo.
En su último reporte oficial, esta embarcación se dirigía a la costa oeste de Centro-
américa, tras partir desde San Diego, vecina de Tijuana, Baja California.
Otras aeronaves militares de Estados Unidos han sobrevolado áreas del golfo de México y la frontera norte, específicamente en las zonas de San Diego, Texas y Nuevo México. Hasta ahora, ni la Federación ni autoridades de Estados Unidos han dado detalles sobre el tipo de operaciones que están realizando.
El gobierno mexicano se ha limitado a decir que estos operativos se realizan en aguas internacionales.