En su afán por construir imperios de fentanilo, grupos delictivos mexicanos están recurriendo a una reserva de talento poco habitual: no sicarios ni policías corruptos, sino alumnos de química que estudian en universidades mexicanas, además de migrantes. Quienes fabrican fentanilo en los laboratorios de los cárteles, conocidos como cocineros, informaron fuentes confiables.
El reclutador del cártel se coló en el campus disfrazado de conserje y luego se centró en su objetivo: un estudiante de segundo año de química. El reclutador le explicó que el cártel estaba reuniendo personal para un proyecto y que habían oído hablar bien del joven. “Nos contaron que eres bueno en lo que haces”, recordó el estudiante que le dijo el reclutador. “Tú dices si te interesa”.
Un estudiante de segundo año de universidad entrevistado manifestó que los integrantes del Cártel de Sinaloa le ofrecieron un pago de 800 dólares por adelantado, poco más de 16 mil pesos mexicanos, además de un sueldo mensual por ese mismo monto, otro joven estudiante fue abordado por un integrante del grupo criminal, quien le ofreció mil dólares, poco más de 20 mil pesos, como bono de ingreso.
Dijeron que se necesitan trabajadores con conocimientos avanzados de química para ayudar a hacer la droga más fuerte y “para jalar más gente”, como dijo un cocinero. Los cárteles también tienen un objetivo más ambicioso: sintetizar los compuestos químicos conocidos como precursores, que son esenciales para fabricar fentanilo, lo que los liberaría de tener que importar esos materiales de China. Si lo consiguen, según las autoridades estadounidenses, esto marcaría el comienzo de una nueva y aterradora fase en la crisis del fentanilo, en la que los cárteles mexicanos tendrían más control que nunca sobre una de las drogas más mortíferas y lucrativas de la historia reciente.
“Así nosotros somos los reyes de México”, dijo un estudiante de química que lleva seis meses cocinando fentanilo. En entrevista con cocineros de fentanilo, tres estudiantes de química, dos agentes de alto rango y un reclutador de alto nivel. Todos ellos trabajan para el Cártel de Sinaloa, que según el gobierno estadounidense es el principal responsable del fentanilo que entra por la frontera sur de Estados Unidos. Los estudiantes dijeron que tenían distintos trabajos dentro del grupo criminal.
En ocasiones, señalaron, dirigen experimentos para reforzar la droga o crear precursores. En otras, supervisan o simplemente trabajan junto a los cocineros y ayudantes que producen fentanilo a granel. Una evaluación de inteligencia mexicana de 2020, filtrada por un grupo de hackers, reveló que el Cártel de Sinaloa parecía estar reclutando a profesores de química para desarrollar precursores químicos del fentanilo después de que la pandemia ralentizara las cadenas de suministro.
Funcionarios estadounidenses encargados de hacer cumplir la ley también manifestaron que muchos jóvenes químicos habían sido detenidos en laboratorios mexicanos de fentanilo en los últimos años. Los químicos detenidos dijeron a las autoridades que habían estado trabajando en el desarrollo de precursores y en hacer la droga más fuerte, según los funcionarios.