La policía de Osaka, Japón, detuvo a un hombre de 28 años, residente de Tokio, por atropellar intencionalmente a siete niños que regresaban de la escuela. Los menores, cuyas edades oscilan entre siete y ocho años, sufrieron heridas de diversa gravedad, aunque todos permanecieron conscientes.
Según las autoridades, el conductor confesó: “Estaba harto de todo, así que decidí matar gente arrollando con el coche a niños de primaria”. El sospechoso enfrenta cargos por intento de asesinato.
Testigos relataron a medios locales que el vehículo avanzaba en zigzag antes de impactar a los menores. “Una niña quedó cubierta de sangre, y otros presentaban arañazos”, declaró un testigo a Nippon TV. La víctima más grave es una pequeña de siete años con fractura de mandíbula; los otros seis —todos varones— sufrieron contusiones leves. Profesores de la escuela auxiliaron a los niños y redujeron al conductor, quien llevaba mascarilla y “parecía en shock”, según reportes.
Japón registra pocos crímenes violentos, pero este incidente evoca el ataque de 2008 en Akihabara, donde un hombre mató a siete personas con un camión y cuchillos. “Vine a matar gente”, declaró entonces el responsable, Tomohiro Kato, ejecutado en 2022.
El caso de Osaka reabre debates sobre salud mental y seguridad pública en una sociedad conocida por su orden. Las autoridades investigan móviles y antecedentes del detenido, mientras el país procesa la rareza de un ataque tan brutal.