Todavía Claudia Sheinbaum Pardo no tomaba protesta como presidenta de México, cuando ya los congresistas de Estados Unidos levantaban la voz y redactaban un documento que enviaron a Katherine Tai, en donde reclamaban por la actitud pasiva que el gobierno mexicano asume ante los conflictos comerciales que enfrenta.
Los legisladores estadounidenses desde el Congreso reclamaron una solución inmediata a los conflictos sobre el maíz transgénico y la fabricación de autos chinos con fines de presunto espionaje.
Este es uno de los pendientes que el expresidente Andrés Manuel López Obrador heredó a Sheinbaum Pardo.
Fue el representante republicano Randy Feenstra quien compartió una carta que numerosos congresistas dirigieron a Katherine Tai, representante comercial de Estados Unidos, y Tom Vilsack, secretario del Departamento de Agricultura.
En el documento los llaman a que se comprometan con el gobierno entrante en México para abordar las disputas comerciales en curso bajo el Acuerdo México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC), incluida la prohibición de México del maíz modificado genéticamente.
“Seguimos preocupados por la postura de México sobre el maíz transgénico. Como saben, esta disputa actual comenzó en febrero de 2023 con un decreto presidencial que modificó un decreto de 2020, no basado en la ciencia, que incluía una prohibición inmediata del uso de maíz biotecnológico en la producción de masa y tortillas de México, con el objetivo a largo plazo de eliminar el maíz biotecnológico en todos los productos para el consumo humano y la alimentación animal.
“Con más de 90 % del maíz en los Estados Unidos cultivado con variedades transgénicas, este decreto ha creado una enorme incertidumbre para nuestros agricultores, empresas y desarrolladores de semillas desde el decreto original en 2020”, sostienen los congresistas.
En la citada carta insisten en que la comunidad científica internacional ha considerado los cultivos genéticamente modificados como seguros para el consumo humano y seguros para la vida y salud animal y vegetal.
“México era parte de esta comunidad. Esperamos que trabajen con la presidenta Sheinbaum y su administración para resolver esta disputa y garantizar el acceso continuo al mercado de México para el maíz y la biotecnología estadounidenses, que durante mucho tiempo se ha demostrado que es seguro para el consumo humano”.
Horas más tarde, en su discurso de toma de posesión, Sheinbaum Pardo ratificó que no se permitirá la siembra de maíz transgénico.
Más temprano, la representante demócrata Elissa Slotkin compartió la carta que ella y más de una veintena de congresistas le dirigieron a Sheinbaum para instarla a abordar la amenaza a la seguridad nacional de su país que, aseguran, representan los vehículos avanzados vinculados al Partido Comunista Chino (PCCh).
La carta bicameral pide a Sheinbaum que tome medidas para examinar la fabricación y venta de estos vehículos y llega una semana después de que el Departamento de Comercio de Estados Unidos anunciara restricciones a la importación y venta de vehículos vinculada al PCCh.
La carta está firmada por los senadores Debbie Stabenow, Gary Peters y Tammy Baldwin y los representantes Yadira Caraveo, André Carson, Angie Craig, Donald Davis, Christopher Deluzio, Debbie Dingell, Val Hoyle, Dan Kildee, Greg Landsman, Hillary Scholten, Mikie Sherrill, Greg Stanton, Haley Stevens, Thomas Suozzi, Emilia Sykes y Susan Wild, tanto republicanos como demócratas.
“Mientras se prepara para asumir el cargo, le pedimos que dirija rápidamente su atención a un problema nuevo y creciente: los riesgos de seguridad nacional para ambas naciones debido a la presencia generalizada de vehículos ‘conectados’ fabricados por empresas con profundos vínculos con el Partido Comunista Chino.
“Hoy en día, casi todos los automóviles nuevos son automóviles conectados, con sofisticados sensores, computadoras y la capacidad de transmitir y recibir datos a larga distancia. Estas tecnologías permiten importantes funciones de seguridad y conveniencia, pero también recopilan, procesan y transmiten enormes cantidades de datos con valor de inteligencia para posibles adversarios, incluido el Partido Comunista Chino”, advierten.
En ese contexto, en la carta demandan a Claudia Sheinbaum que adopte varias medidas, entre ellas establecer un proceso de revisión de la seguridad nacional para abordar los riesgos que plantea la fabricación o venta de vehículos fabricados por empresas chinas para el pueblo de México, la seguridad nacional de México y la seguridad regional de las naciones de América del Norte y de la Organización de los Estados Americanos.