Por Karina A. Rocha Priego
¿Pues no que todo está bajo control? Resulta que, hoy por hoy, el Estado de México enfrenta una crisis de seguridad sin precedentes, marcada por la colusión de funcionarios municipales con el crimen organizado y un alarmante incremento en los índices de violencia.
Aunado a ello, el incremento en el número de niños, niñas y adolescentes que pierden la vida, víctimas de las células criminales, además de los homicidios cometidos por los padres de los pequeños, hechos que se han vuelto recurrentes y, a pesar de la detención y encarcelamiento de los responsables, el índice no disminuye como tanto pregonan.
Por supuesto que esta situación ha generado una profunda preocupación entre la ciudadanía y ha puesto en entredicho la eficacia de las autoridades estatales y municipales, principalmente luego de la detención de servidores públicos municipales a quienes se les acusó, y tal vez comprobó, de tener vínculos con células del narcotráfico, lo que los llevó a ser vinculados a proceso.
Hablar de una baja en el índice delictivo del Estado de México podría considerarse una irresponsabilidad por parte de las autoridades, toda vez que se toma a “burla” contra quienes han sido víctimas de algún delito o contra quienes han perdido un ser querido por los mismos motivos.
Sin embargo, pregonan que esa caída en el índice delictivo va contra los delitos de alto impacto como:
* Robo a transeúnte, a negocio, a repartidor, a pasajero del transporte público.
* Robo de vehículo, de autopartes, a casa habitación.
* Homicidio doloso, feminicidio, homicidio culposo.
* Secuestro.
* Trata de personas.
* Extorsión.
* Violación.
* Lesiones dolosas por disparo de arma de fuego.
* Violencia familiar.
* Narcomenudeo.
Pero, si volteamos a ver al sur del Estado de México, los crímenes están al por mayor pues, se comenta, aquella región está en manos de células criminales como La Familia Michoacana que, literalmente, “trae a pan y agua” a la población, entre secuestros, cobro de piso y cobro de cuentas, la zona sur de la entidad está que arde.
Ahora volteen hacia la zona norte, compuesta por Cuautitlán, Cuautitlán Izcalli, Ecatepec, Nicolás Romero, entre otros, donde los delitos están imparables; nada menos el fin de semana que correspondió al 29 de marzo del año en curso, dos hombres fueron encontrados asesinados; el 4 de abril pasado, una mujer fue brutalmente asesinada; tres operadores del transporte público también perdieron la vida a manos de los delincuentes, y todo esto, queridos lectores, tan sólo en el municipio de Cuautitlán Izcalli, y qué decir de la balacera en el bar Bling Bling, del mismo municipio, donde siete personas perdieron la vida.
Eso no es bajar el índice delictivo. Y como Cuautitlán Izcalli, todos y cada uno de los 125 municipios del Estado de México, cada uno a su nivel, pero realmente la baja en los índices delictivos es “un decir”.
Municipios con mayor índice de inseguridad
Nada menos, la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del Inegi, correspondiente al segundo trimestre de 2024, reveló que varios municipios del Estado de México presentan altos niveles de percepción de inseguridad entre sus habitantes. Entre los más destacados:
* Naucalpan de Juárez. Con 88 % de la población que se siente insegura, este municipio ocupa el segundo lugar nacional en percepción de inseguridad.
* Ecatepec de Morelos. Registra 87 % de habitantes que consideran viven en condiciones de inseguridad, colocándolo en una posición crítica dentro del estado.
* Cuautitlán Izcalli. Presenta un incremento en la percepción de inseguridad, pasando de 71 a 77 % en un corto periodo.
* Chimalhuacán. Con 77.8 % de percepción de inseguridad, se mantiene como uno de los municipios más afectados por la violencia.
* Toluca. Aunque ha mostrado una ligera mejora, aún registra 76.5 % de percepción de inseguridad entre sus habitantes.
Estos datos reflejan una realidad alarmante en la que la mayoría de la población mexiquense vive con temor constante debido a la violencia y la delincuencia que azotan sus comunidades.
Es un hecho que poco o nada se puede exigir a las autoridades municipales, cuando se resalta que muchos de estos servidores públicos son lo mismo que la delincuencia organizada. Es más, hasta se podría argumentar que aquellos a quienes, supuestamente, elige el pueblo, no son más que “empleados” de las células delictiva y los que dan la cara, nada más.
Es más, ha sido noticia escandalosa la detención de varios servidores públicos, entre alcaldes, exalcaldes y titulares de Seguridad Pública Municipal, resultado del Operativo Enjambre, pero estarán de acuerdo en que, “… hoy detienen a dos y mañana surgen otros cuatro” y es la cuenta de nunca acabar.
Funcionarios municipales vinculados al crimen organizado
En noviembre de 2024, el gobierno del Estado de México, en coordinación con fuerzas federales, implementó el Operativo Enjambre, una acción destinada a desmantelar redes de corrupción y vínculos con el narcotráfico dentro de las estructuras municipales. Este operativo resultó en la detención de varios funcionarios de alto nivel, entre ellos:
* María Elena Martínez Robles, alcaldesa de Amanalco, acusada de mantener nexos con grupos delictivos que operan en la región.
* Fidel Figueroa Gómez, exalcalde de Zacualpan, sentenciado a 236 años de prisión por su participación en un atentado contra el fiscal de Ixtapan de la Sal en 2019, que resultó en la muerte de uno de sus escoltas.
* Gerardo Nava Sánchez, exalcalde de Zinacante-pec, condenado a 42 años de cárcel por tentativa de homicidio en contra de un exregidor.
* Emilio Arriaga Villa, exalcalde electo de Ocuilan, sentenciado a 75 años de prisión por el delito de secuestro.
Estas detenciones evidencian una preocupante infiltración del crimen organizado en las estructuras gubernamentales municipales, lo que ha debilitado la capacidad del Estado para garantizar la seguridad y el bienestar de sus ciudadanos.
Incremento en homicidios y hechos violentos
El Estado de México ha experimentado un preocupante aumento en el número de homicidios y actos violentos en los últimos meses. Según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en enero de 2024 se registraron 222 homicidios en la entidad, situándola entre las más violentas del país.
Sin lugar a dudas, la colusión de funcionarios municipales con el crimen organizado y el incremento de la violencia en el Estado de México representan desafíos significativos para las autoridades y la sociedad en su conjunto. Es imperativo que se fortalezcan las instituciones de seguridad y justicia, se promueva la transparencia en la gestión pública y se implementen políticas integrales que aborden las causas profundas de la delincuencia. Sólo a través de un esfuerzo coordinado y sostenido se podrá restaurar la paz y la confianza en las comunidades mexiquenses.
Por lo pronto, tendríamos que exigir a las autoridades que ¡no le mientan a la población!, no por querer ganar adeptos pongan en riesgo a quienes viven en la entidad mexiquense o en el país en general.