El presidente de EE.UU., Donald Trump, decidió suspender toda la ayuda militar que Washington le presta a Ucrania, haciendo realidad algunos de los mayores temores del liderazgo de Kiev.
El mandatario estadounidense todavía no ha anunciado la medida de manera oficial, pero el primer ministro de Polonia, Donald Tusk, confirmó la suspensión de la asistencia.
Con esta decisión, se para el suministro de todo el equipo militar estadounidense que no se encuentra actualmente en Ucrania, incluidas las armas que están siendo trasladadas en aviones y barcos o que esperan en zonas de tránsito en Polonia, señaló un alto funcionario del Departamento de Defensa a Bloomberg.
La medida afecta principalmente a las entregas de vehículos blindados cuyo envío a Ucrania estaba previsto para agosto de 2025, reporta ABC News con referencia a funcionarios estadounidenses. De acuerdo con las fuentes del medio, cerca del 90 % de las armas comprometidas para Ucrania en paquetes anteriores ya han sido entregadas al país.
Un funcionario de la Administración Trump precisó que se trata de “una pausa” y no de la terminación permanente de la asistencia.
La acción seguirá en vigor hasta que Kiev demuestre su intención de negociar con Rusia, recoge AP citando a un funcionario de la Casa Blanca
Tras la suspensión de la ayuda, el régimen de Kiev podría resistir el ritmo actual de combates por algunas semanas o, tal vez, hasta principios del verano, según afirmaron funcionarios occidentales a la CNN. Indicaron que la mayoría de las armas de alta tecnología que utiliza Ucrania provienen de Washington. Un analista calificó el impacto de ‘paralizante’, agregando que, tras el debilitamiento de sus líneas de frente, “Ucrania tendría que aceptar un acuerdo de paz adverso, incluso catastrófico”.
El equipo militar suministrado por Washington se agotará dentro de “dos o tres meses”, estimó un alto funcionario de la inteligencia ucraniana en un comentario a Financial Times. “Después de eso, [la situación] será muy difícil para nosotros”, pronosticó, añadiendo que no se trataría de “un colapso total”, pero que las tropas de Kiev se verían obligadas a “retirarse de las zonas más rápidamente”.
Mientras tanto, un alto funcionario ucraniano declaró a Politico que el paso “es muy doloroso, pero no fatal”. “Le costará a Ucrania muertes innecesarias y territorios perdidos, pero no la llevará a la derrota”, dijo.
La suspensión de entregas de los sistemas de misiles Patriot provocaría que la mayor parte del territorio ucraniano estaría sujeta al “tipo de destrucción registrada en las ciudades cercanas al frente”, reporta The Economist.