La situación del agua en la Zona Metropolitana del Valle de México se agrava cada día más. Con una demanda creciente y un sistema de abastecimiento en declive, garantizar el acceso al agua se convierte en un reto crítico.
Actualmente, 38 municipios presentan sequía excepcional y 115 están en situación extrema.
Según el último informe de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), el sistema Cutzamala registró un nivel de almacenamiento del 60.38 por ciento hasta la última semana de febrero; esto representa un déficit de 11 puntos porcentuales en comparación con el promedio histórico del mes.
Millones de habitantes de la Ciudad de México y el Estado de México dependen de este sistema, cuyo suministro se ve amenazado por el cambio climático y la sobreexplotación de los mantos acuíferos.
Esta situación incrementa la posibilidad de racionamientos y afecta la calidad de vida de la población.
La crisis se agrava con la proximidad de la temporada de calor y los datos del Monitor de Sequía de Conagua, que reflejan un panorama desalentador: el 41.8% del territorio nacional enfrenta una crisis hídrica.
El desafío del agua en la Ciudad de México
La capital del país se encuentra entre las entidades con mayor estrés hídrico. Factores como la sobreexplotación de acuíferos, la falta de salidas naturales en su cuenca, infraestructura obsoleta y los efectos del cambio climático complican la situación.
Se estima que entre 35 y 40 por ciento del agua se pierde debido a fugas en la red hidráulica, lo que representa un volumen considerable que podría ser aprovechado. La modernización y mantenimiento de infraestructura se perfilan como retos prioritarios para mitigar la crisis.
Innovación tecnológica para el manejo del líquido
El informe Water Technology 2024 de la empresa mexicana Konfront, enfatiza la importancia de la transformación digital en el sector hídrico; adoptar tecnologías innovadoras es clave para garantizar la seguridad y eficiencia del agua en el futuro. El reporte señala las tendencias tecnológicas que podrían revolucionar la gestión del agua:
1. Inteligencia Artificial (IA). Permite optimizar el consumo y predecir fugas mediante análisis en tiempo real.
2. Big Data y Machine Learning. Facilitan la anticipación de sequías y la gestión eficiente de la demanda en sectores como la agricultura.
3. Infraestructura híbrida digital-física. Sensores basados en Internet de las Cosas (IoT) y automatización mejoran la administración del recurso hídrico.
4. Blockchain y Web3. Proporcionan mayor seguridad, transparencia y trazabilidad en la gestión y comercialización del agua.
De acuerdo con especialistas, “el futuro del agua es digital y generará nuevas oportunidades de negocio para empresas consolidadas en el sector”.
Ante el desafío hídrico que enfrenta el país, la aplicación de tecnologías emergentes podría marcar la diferencia para garantizar el acceso sostenible al agua en las próximas décadas.