* La pobreza de un pueblo vendido……
Por Karina A. Rocha Priego
Mientras millones de mexiquenses sobreviven día a día en medio del desempleo, las inundaciones, el caos del transporte y el abandono total de sus comunidades, en los palacios del poder se tejen acuerdos de traición que hoy exhiben de cuerpo entero a la clase política del Estado de México.
Delfina Gómez, quien llegó al poder con la bandera de la “transformación” y del pueblo, ha otorgado más de 200 contratos millonarios a empresas vinculadas al Grupo Atlacomulco, específicamente a personajes como Enrique Peña Nieto y Alfredo del Mazo.
¿No era este el grupo al que Morena juró combatir? ¿No era ese el viejo PRI que tanto daño causó?
Hoy, disfrazados de operadores morenistas, pseudopriistas y pseudopanistas, han encontrado refugio y negocio en la supuesta regeneración nacional.
El gobierno de Delfina no sólo ha sido omiso ante la pobreza, sino cómplice de su perpetuación.
Contratos dorados, estómagos vacíos
Resulta insultante que mientras los contratos con “constructores de confianza” se reparten entre las mismas élites de siempre, la entidad más poblada del país siga hundida en condiciones deplorables.
En municipios como Ecatepec, Chimal-huacán, Nezahualcóyotl o Valle de Chal-co, la marginación crece, los drenajes colapsan, los niños van a la escuela entre lodo y aguas negras, y las inundaciones son cada vez más recurrentes por la falta de mantenimiento e inversión pública real.
¿Dónde están las grandes obras del gobierno “humanista” de Delfina? ¿Qué pasó con la justicia social que prometieron? Sólo hay fotografías, discursos vacíos y una mímica presidencial que la convierte más en vocera que en gobernadora.
Del Mazo y Alejandra: traidores, hoy morenos
Pero el espectáculo no termina ahí. Alfredo del Mazo Maza, el último gobernador priista del Edomex, negoció la entrega del estado a Morena en un acto de sumisión disfrazado de “transición pacífica”.
A cambio, goza hoy de protección, contratos y un lugar privilegiado en la nueva clase gobernante. Ni se esconde. Y no está solo.
Alejandra del Moral, quien en campaña se presentaba como “valiente” y crítica de Morena, hoy sirve abiertamente a la 4T, dicen, también a cambio de 5 mil millones de pesos que recibió por perder la gubernatura del Estado de México; incluso siendo mencionada como posible futura aliada o integrante del gabinete federal. ¿Así de barata fue su traición?.
¿Así de fácil se vendió la voluntad de millones de votantes? ¿Cuánto costó entregar el Edomex?.
La dirigencia nacional del PRI, encabezada por Alejandro “Alito” Moreno, calla. Igual de cómplice, igual de negociador. Mientras que Jorge Romero, líder del PAN, ni siquiera levanta la voz.
El pacto de silencio es total, pues la oposición ha renunciado a representar algo distinto; la alternancia murió en los escritorios donde se firman acuerdos bajo la mesa.
Una entidad quebrada moral y económicamente
Hoy, el Estado de México es un laboratorio de impunidad política.
La miseria ha sido institucionalizada y convertida en capital político, mientras millones de familias no tienen drenaje, no tienen medicinas, no tienen transporte digno, pero ven pasar cada semana nuevas licitaciones para empresas ‘fantasma’ o ligadas a prestanombres del priismo de siempre.
Delfina Gómez, simple y sencillamente no pone orden, mucho menos cuando el gabinete está integrado por figuras recicladas, operadores de Peña Nieto y Del Mazo, y un séquito de “morenistas” que aprendieron rápido el viejo arte de la corrupción.
El Edomex no tiene estrategia de seguridad; la violencia sigue, el feminicidio crece, los desaparecidos no regresan, los hospitales siguen sin insumos, aún así, los gobernantes sonríen para la foto, buscando agradar a la presidenta en turno (rastrerismo puro), esperando un cargo federal o el perdón de sus pecados.
Pero esto tendrá un costo
La historia no olvida, pues la sociedad ya no es la misma que se creía manipulable.
La elección intermedia de 2027 puede convertirse en un parteaguas.
Si el pueblo del Estado de México, y el país entero, tienen memoria y dignidad, harán pagar en las urnas a estos falsos redentores, a los traidores, a los que negociaron su voto como si fuera una moneda más.
Hoy, los ciudadanos tienen hambre, tienen miedo, están hartos, no necesitan más discursos ni más traidores.
Pero sí necesitan justicia, inversión real, agua limpia, calles pavimentadas, escuelas dignas y funcionarios que no se vendan al mejor postor.
Eso, ya lo vivimos con Peña Nieto y Del Mazo Maza, quienes, como ya se comentó líneas arriba, se hicieron ganadores de contratos millonarios con el gobierno de Delfina Gómez, para seguir engrosando sus cuentas bancarias, pero sobre todo, para seguirse riendo de los mexicanos -y mexiquenses- a quienes sólo utilizaron como trampolín, no sólo para alcanzar “el poder” político, sino el poder económico del cual gozan hoy a costa de los ciudadanos.
Y usted, ¿qué opina, querido lector? ¿Cuánto cree que costó su futuro? ¿Va a esperar a que lo vendan de nuevo o se lo va a cobrar en la próxima elección?.