Por Karina A. Rocha Priego
Para quien no lo sepa, de los más de 132.3 millones de mexicanos, nuestro país ¡pende de un hilo!, literalmente. El día de ayer, el Senado de la República recibió la minuta sobre la reforma al Poder Judicial, esta que, como era de esperarse, fue “aprobada” fast track por el Poder Legislativo, como resultado de la “promesa mezquina” que hiciere el líder nacional de Morena, Mario Delgado, al todavía presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, cuya única misión en el cargo, era destruir a México, como resultado de una frustración y resentimiento que arrastra desde hace ya varios años.
Mario Delgado, ha considerado aprobar esta reforma “como un regalo de fin de sexenio para López Obrador”, pero ¿y México, y los mexicanos, no cuentan? No han medido o no han querido medir las verdaderas consecuencias que para este país traerá esa reforma, que ha sido hecha para destruir la economía y democracia del país. Sí, queridos lectores, un “regalito” para quien llegó a “matar lentamente a México”.
Hoy, la reforma está en manos del Senado, y tal como lo dijo el presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, Gerardo Fernández Noroña, esta minuta se turnó de manera directa a las Comisiones Unidas de Puntos Constitucionales y de Estudios Legislativos, que presiden las senadoras Ernestina Godoy Ra-mos y Citlalli Hernández Mora, respectivamente.
Por encima de todo y de todos; de amparos, de marchas, de denuncias, de “recomendaciones” de gobiernos extranjeros, de presagios de quiebra económica para México; por encima de todo, los diputados “se entregaron cual prostitutas” y aprobaron la reforma.
Las reacciones no se hicieron esperar, pues es generalizado el pensar que Morena y sus aliados, movidos por el rastrerismo -sin medir que también ellos y sus familias, sus hijos, se verán severamente afectados-, atentaron contra la división de poderes y el Estado de derecho respondiendo al poder autoritario del presidente López Obrador, nada más. Aquí, no hay un futuro promisorio para México, sólo el “ego exacerbado” de un “tirano”.
La Bolsa Mexicana de Valores tiene varios días cayendo de manera estrepitosa; primero, ante el nerviosísimo de la discusión en Cámara de Diputados de la reforma judicial; hoy, por la aprobación de la misma. El peso mexicano está sufriendo una gravísima devaluación y, peor aún, la inversión extranjera está empacando maletas para retirarse. La crisis económica que se avecina es verdaderamente grave. Pocos lo pueden ver y entender o, pocos lo quieren ver y entender, el servilismo está ¡a todo lo que da!.
Pero viene la peor, queridos lectores. Según se ha dejado saber, Movimiento Ciudadano, representado en el Senado de la República, ha manifestado su negativa a aprobar la reforma judicial, de igual manera el Partido Acción Nacional, que desde el inicio de esta discusión se ha mostrado en contra, sin embargo, es verdaderamente preocupante, triste y lamentable que el futuro de México dependa hoy del Partido Revolucionario Institucional.
Sí, aunque usted no lo crea. Ese instituto político que desde finales del sexenio de Enrique Peña Nieto -el mayor traidor a México- entregó el país en manos del “autoritarismo”, puede hoy volver a hacer historia; como cuando este partido era la “demoledora” más fuerte del país y hoy, aún con sus 16 senadores, podría liberar a México de una reforma autoritaria y mezquina o hundirlo en el abismo de la incertidumbre y la antidemocracia que significa Morena para este país.
Aunque, hay que decirlo. Al PRI podría restársele la presencia del senador Miguel Riquelme Solís, quien se encuentra convaleciente tras someterse a un cateterismo, por lo que su estado de salud podría impedir se presentara, el próximo miércoles 11 de septiembre, al Senado, fecha en la que, se dice, deberá ser aprobada o desechada la reforma amlista, aunque, claro, el PRI podría tomar la decisión de dar posesión del cargo al suplente de Riquelme Solís.
Dicho sea de paso, Riquelme Solís en su momento dijo que tanto diputados como senadores priistas, mantendrían una postura firme y en contra de la reforma al Poder Judicial, ya que esta iniciativa comprometerá la estabilidad económica, socavará la autonomía judicial y dañará los principios fundamentales de la democracia y la división de poderes, sin embargo, fue aprobada en la Cámara de Diputados e, insisto, ¡fast track! O sea, en friega y como venía.
Ahora bien, tal vez muchos se puedan “sentir tranquilos” de saber que aprobar o desechar la reforma judicial está en manos del PRI pero, honestamente, no sería esta la primera vez que el PRI traicionara a México, menos aun cuando hoy ese instituto político “es propiedad y marca registrada del tristemente célebre Alejandro Moreno” que, con toda clase de artimañas se “adueñó del Revolucionario Institucional”, por encima de la militancia tricolor, por lo que, pensar que Alejandro Moreno va a perder “su libertad” por una reforma, está difícil.
No es fatalismo, queridos lectores, pero de Alejandro Moreno puede esperarse lo peor, sobre todo cuando este, siempre ha sido “tapete limpiapiés” de Andrés Manuel López Obrador, por lo que no es difícil pensar que de las filas priistas del Senado de la República ¡surja un traidor a la patria!, ¡un vendido!, ¡un rastrero!, un ¡antidemócrata!.
Esta semana entra a comisiones la reforma judicial, su análisis y tendrá que ser resuelta el próximo miércoles, pero, si alguno de los senadores priistas “cae en tentación” y traiciona a México, considérelo, querido lector, como una verdadera ¡mentada de madre! a los mexicanos, a sus hijos, a sus familias.
El priista que lo haga, sin importar “nombre y apellido”, sólo partido político, PRI, pasará a la historia como “el Judas” de la era política moderna, el que “por unas cuantas monedas de valor incierto” sería capaz de vender el futuro de más de 132.3 millones de mexicanos, menos, tan sólo unos cuantos que son los “sumisos a Morena y a López Obrador”, que no significan ni el uno por ciento de la población de este país.
Sólo dense cuenta de una situación. Todavía no pasa a comisiones la reforma Judicial -podrá ser en cualquier momento- y ya hay consecuencias económicas para México. Ayer, el presidente de la American Society of México, Larry Rubin, reveló que, ante la incertidumbre, empresas estadounidenses frenaron sus anuncios de inversiones en México y ven la posibilidad de moverse hacia Texas.
“El consejo directivo de la American Society decidió no anunciar la inversión, justo por el contexto actual. Queremos asegurarnos de entender bien la certeza jurídica que los legisladores en el Congreso van a impulsar (la reforma al Poder Judicial)”, alertó Rubin durante la Tercera Convención Binacional de la American Society of México.
Destacaron que la incertidumbre es uno de los principales detractores de la inversión y ahorita lo que se ha generado es una incertidumbre de que el sistema judicial va a estar a prueba de tintes políticos, que no sea un sistema de corrupción o de jueces sin la experiencia necesaria.
Por su parte, quien ha sido respetuoso y partidario de nuestro país, el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, cuestionó nuevamente la reforma al Poder Judicial y advirtió de un grave daño en las relaciones de ambos países.
Comentó que “… si no se hace de manera bien, puede traer muchísimo daño en la relación. Eso no lo digo yo nomás como embajador, eso lo digo yo por todas las preocupaciones que me están llegando de gente que, de veras, quiere lo mejor para México y Estados Unidos. Entonces, lo que puedo decir, es que hay muchísima preocupación”.
Y claro, corre grave riesgo el Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá, el cual, de romperse, el único país que perdería sería México pues, estarán de acuerdo, ¡ni con los chinos!, la economía mexicana volvería a ser lo mismo.
Sin lugar a dudas, México corre el riesgo de caer en una crisis peor que la de Venezuela o Nicaragua donde la población hoy ¡se pelea por la comida podrida que encuentran en un bote de basura! Ese es el legado que pretende dejar a México Andrés Manuel López Obrador y “secuaces” como presidente de México. Sin lugar a dudas, sí pasará a la historia, pero esta será la página más oscura del libro de los mexicanos.
Es un hecho que la gente no se ha dado cuenta de lo que verdaderamente le espera a México con esta reforma. Los que más o menos entienden el fondo de la misma, ¡están aterrados!, peor aun cuando saben que México está en manos de un priista, un traidor. Sí, queridos lectores, es aterrador pensar que uno de esos 16 senadores ¡podría ser el Judas que someta a México a una crisis política, económica y social!, peor que las que se viven en otros países socialistas. Peor que Cuba o Venezuela que hoy están ¡muriéndose de hambre! -literalmente-.
Sin lugar a dudas, podríamos entrar a una vida de persecución política, de la pérdida indiscutible del patrimonio ¡de nuestras familias!; de una vida miserable para nuestros hijos y nuestros nietos; todo eso, querido lector, podría estar en manos de un priista traidor al cual, de caer en ese jueguito, permítanme decirlo, ¡tendríamos que quemarlo vivo! -metafóricamente hablando-.
Estamos a unos cuantos días de que México resurja o se hunda en el más asqueroso lodo de abuso, corrupción y autoritarismo…