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Enrique Vargas del Villar, otra vez, por alcaldía de Huixquilucan

Por Karina Rocha

Enrique Vargas del Villar, actual senador por el Estado de México y figura destacada dentro del Partido Acción Nacional (PAN), ha confirmado lo que muchos ya anticipaban: su intención de contender nuevamente por la presidencia municipal de Huixquilucan, cargo que ya ocupó en dos ocasiones anteriores. Esta decisión, que ha generado diversas reacciones en la esfera política y entre los ciudadanos del municipio, representa tanto una apuesta estratégica para el PAN como un movimiento calculado en la trayectoria del propio Vargas.

Huixquilucan ha sido, en más de un sentido, el bastión político de Enrique Vargas. Durante sus administraciones municipales (2016-2018 y 2019-2021), se posicionó como uno de los alcaldes mejor evaluados del país. Su gestión se caracterizó por una marcada inversión en infraestructura, mejoras en seguridad pública y una cercanía constante con el sector empresarial, lo cual le permitió mantener estabilidad en el municipio y atraer inversiones. Estas acciones consolidaron su liderazgo local y lo proyectaron hacia el Senado de la República.

Sin embargo, su regreso a la contienda por la alcaldía de Huixquilucan abre un nuevo capítulo en su carrera. ¿Por qué un senador regresaría a un cargo local? La respuesta puede tener múltiples lecturas. Por un lado, algunos analistas ven en este movimiento un intento por reforzar al PAN en una zona estratégica del Estado de México, especialmente frente al avance de Morena en municipios colindantes. Huixquilucan, al ser uno de los municipios más prósperos y con mayor desarrollo del estado, es clave para mantener el equilibrio político en el Valle de México.

Por otro lado, no falta quien señala que este regreso obedece más a intereses personales y a una visión de mediano plazo. Vargas del Villar ha sido mencionado en más de una ocasión como posible aspirante a la gubernatura del Estado de México. Aunque en 2023 no fue el abanderado panista para competir por ese cargo, mantenerse visible y con poder territorial podría ser parte de una estrategia para volver a posicionarse de cara a una eventual candidatura futura. Gobernar nuevamente Huixquilucan le permitiría no solo demostrar capacidad de gestión, sino también consolidar una base política firme desde donde proyectarse hacia nuevos horizontes.

No obstante, esta decisión también ha despertado críticas. Sectores de la oposición y algunos ciudadanos consideran que un regreso al cargo puede interpretarse como una falta de renovación dentro del PAN local, o incluso como un retroceso político. Argumentan que es momento de dar paso a nuevas figuras que continúen con el legado institucional sin depender de los mismos liderazgos de siempre. Asimismo, se cuestiona si un senador en funciones, con responsabilidades nacionales, debería volver a una presidencia municipal, dejando a medias su trabajo legislativo.

Desde el PAN, sin embargo, la candidatura de Enrique Vargas es vista como una garantía de triunfo. El partido sabe que su figura arrastra votos, tiene reconocimiento y experiencia comprobada. En un contexto político cada vez más competitivo, recuperar -o conservar- territorios seguros es vital para cualquier fuerza política, y en ese sentido, la estrategia parece clara: jugar con su mejor carta.

Mientras se acerca el inicio formal de las campañas, el panorama en Huixquilucan se empieza a mover. La posible candidatura de Vargas del Villar polariza opiniones, pero también reconfigura las apuestas políticas. La ciudadanía, que ya conoce su estilo de gobierno, tendrá nuevamente la última palabra.

Si bien los comicios aún no se celebran, lo cierto es que Enrique Vargas ha regresado al ruedo político local con paso firme y con la intención de continuar escribiendo su historia en Huixquilucan. Una historia que, al parecer, aún no ha terminado.

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