La “Violencia Vicaria” es difícil de detectar ya que algunas conductas se normalizan por ello es fundamental reconocerla para prevenir, sensibilizar y concientizar a la población sobre el tema, en especial a las mujeres para que eviten romantizar la violencia, señaló la capacitadora certificada de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (CODHEM), Vianey del Rocío Rivas Fabila, al impartir la videoconferencia “Violencia Vicaria”.
En el marco de las Actividades para el Fomento de la Igualdad Sustantiva, la maestra en Docencia, precisó que la violencia vicaria no está incluida en la legislación penal como tal, pero desde enero se sanciona como “violencia a través de interpósita persona”, que es aquel acto u omisión que tiene el objetivo de causar daño sobre todo a las mujeres, a través de hijas o hijos, familia o persona allegada, por medio de chantajes o amenazas, aunque muchas veces resultan más afectados las y los descendientes por el impacto psicológico que sufren, la manipulación del padre y porque el entorno familiar que se presume seguro, deja de serlo.
Enfatizó que la violencia vicaria siempre ha existido, por ello es fundamental identificar que es un problema social multifactorial que no debe normalizarse y para visibilizarla se debe hablar del tema todos los días, no solo en una fecha especial, porque puede impactar a todas, todes y todos de diversas formas, ya que, aunque todas las personas tienen el derecho a una vida libre de violencia, las estadísticas reflejan que no siempre se cumple.
Ante personal de la CODHEM, integrantes de Unidades de Igualdad de Género y Erradicación de la Violencia de diversas instituciones, defensoras y defensores municipales, pidió a las personas servidoras públicas ser más sensibles de las necesidades de las personas usuarias, modificar conductas y ser agentes de cambio; tener herramientas y generar habilidades sociales como la empatía y sororidad para dar un trato digno a las víctimas, y subrayó que en casos de violencia vicaria no procede la mediación ni la conciliación.
Afirmó que, a todas las personas, desde el ámbito de su competencia, corresponde colaborar para evitar que más mujeres la sufran y como integrantes de la sociedad no deben tolerar la violencia, sino reforzar las redes de apoyo familiares e institucionales, creer a quienes la denuncian, darles contención cercana y escucha, así como generar espacios seguros para quienes lo requieran, ya que los efectos pueden ser devastadores para quienes la sufren y pasa desapercibida.