Por Karina A. Rocha Priego
Han pasado diez días después de las elecciones y, como era de esperarse, han ocurrido infinidad de acontecimientos que, si bien es cierto se esperaban, lo que se suponía tendría que pasar, nunca sucedió, como fue impugnar los resultados presidenciales pues, la candidata de Fuerza y Corazón por México, Xóchitl Gálvez, quien supuestamente tenía todas las pruebas de que ésta, fue una elección de Estado, de repente se enfrío y decidió seguir su camino. ¡Vaya fortaleza de la candidata!.
Pero, el detalle está en ¿qué pasa con todos aquellos que el pasado 2 de junio salieron a votar? Porque, digan lo que digan, cientos de miles de mexicanos ¡si salieron a emitir su sufragio por el bien de México!, que los resultados no fueron lo esperado porque, dicen, la contienda “ya estaba arreglada”, pues sí, pero al final cientos de miles votaron por la alianza Fuerza y Corazón por México pero ésta de repente “se achicó” decepcionando a quienes confiaron en ellos.
Peor aún, quedo claro que las dirigencias federales, estatales y municipales del PRI, PAN y PRD no movieron un solo dedo, no solo para apoyar a sus candidatos sino para defenderlos de los garrafales resultados de la elección 2024, puro discurso acartonado pero no defendieron lo que, insisto, suponían que había sido un fraude electoral.
Sin embargo, es un hecho que lo que defendían los que formaron parte de esta alianza, eran diputaciones federales y senadurías, claro, se sabía que, de perder hasta eso, México caería en un agujero negro del cual difícilmente se podría salir pero, oh sorpresa, se perdió ¡casi todo!, lo que hizo que las dirigencias federales de los partidos que componen Fuerza y Corazón por México se reunieran para medir las consecuencias y planear estrategias de permanencia, hecho que difícilmente podría concretarse si consideramos que el PRD, lamentablemente, está por perder su registro.
Ah, pero se me olvidaba decir que, los dirigentes nacionales, y algunos estatales, defendían diputaciones y senadurías, por el simple hecho de que ellos, estaban dentro de las listas de candidatos, sobre todo, plurinominales, o sea, los que, con campaña y sin ella, podrían obtener la curul, lo cual así fue.
Esto significa, queridos lectores que, una vez más, PAN-PRI-PRD defendieron “posturas personales”, no aquellas que involucraban a su militancia, a los electores, al pueblo en general.
De ahí que el reconocido político albiazul, Diego Fernández de Cevallos, mejor conocido como “el Jefe Diego”, estalló contra los líderes del PRI, PAN y PRD, Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas, Marko Cortés Mendoza y Jesús Zambrano Grijalva, respectivamente, por su desempeño y los resultados de las elecciones del 2 de junio de 2024.
Como era de esperarse, Fernández de Cevallos fue muy “filosito”, criticando a esos partidos políticos “no cumplirle a México”, señalando que los líderes partidistas se enfocaron más en asegurar candidaturas al Senado en lugar de atender las necesidades del país.
Se reprocha, por ende, que los dirigentes partidistas, se preocuparon más por jugar entre ellos, asegurar sus posiciones y presentarse como los candidatos principales para encabezar las listas del Congreso, como si fueran las joyas más valiosas del pueblo. Ni el PAN, ni el PRI, ni el PRD merecen eso, pero tampoco la militancia de esos partidos merece una derrota concluyente sí, pero no transparentada por la oposición triunfadora.
Niegan, sin embargo, que “la oposición esté derrotada”, lo que se requiere es que la sociedad mexicana, así como los principales impulsores de la oposición en México, reflexionen sobre el futuro del país, esto es que se haga un análisis muy serio (sobre) qué se puede hacer, a estas alturas, por México pues, si PRI, PAN y PRD no son capaces de brindar soluciones, en la sociedad siempre habrá “millones de inconformes”.
Lo cierto es que hoy, esos millones “de inconformes” están en la disyuntiva de ¿hacia dónde se dirigirán ahora? Pues estarán de acuerdo en que, luego de la catastrófica derrota, quienes se quedaron huérfanos de partido, hoy están “pensando” en los “pesos” que pueden recibir de la administración de Claudia Sheinbaum, sobre todo ante la entrada inminente de un sistema político socialista -dictadura-, tal como lo venían planeando los “morenistas” desde el momento en que Andrés Manuel López Obrador tomó las riendas del país.
Eso significa, sin lugar a duda que, rescatar la democracia, pero, sobre todo, rescatar a los partidos políticos que perdieron la contienda, estará cada vez más complicado, aunque, hay que decirlo, Morena hoy es el “nuevo PRIAN”, como le llaman ellos, toda vez que se dedicaron a “recoger los escombros” de PRI-PAN-PRD para engrosar sus filas, no para mejorarlas.
Lo digo y lo vuelvo a decir, queridos lectores, todo lo que sube, tiene que bajar, y todo lo que empieza, en algún momento, tiene que terminar, y eso es lo que está pasando con PRI-PAN y PRD que, ante su voracidad de poder, ahora sí, están perdiendo todo……