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Imposición de aranceles a México por “relación intolerable” con narcos: EE.UU.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha señalado que la inacción y la permisividad del gobierno mexicano han permitido que los cárteles operen con total impunidad. Según la declaración oficial, las autoridades mexicanas han ofrecido “refugios seguros” que facilitan la fabricación y el transporte de narcóticos peligrosos, lo que ha contribuido al deterioro de la seguridad en la frontera.

El mandatario aseguró que esta supuesta alianza entre el gobierno y las organizaciones criminales ha agravado la crisis del fentanilo en territorio estadounidense, y calificó la situación de “intolerable”. En su comunicado, se argumenta que, pese a las oportunidades brindadas para mejorar la cooperación en materia de seguridad y control fronterizo, las medidas adoptadas han resultado insuficientes para contener el flujo ilegal de drogas.

“El presidente Trump dio a Canadá y México una amplia oportunidad para frenar la peligrosa actividad de los cárteles y la afluencia de drogas letales que fluyen hacia nuestro país”, pero “no han abordado adecuadamente la situación”, dice un comunicado de la Casa Blanca.

“Las organizaciones mexicanas de narcotráfico, principales traficantes de fentanilo del mundo, operan sin obstáculos debido a una relación intolerable con el gobierno de México”, se destaca en el documento.

Para forzar a México y Canadá a asumir responsabilidades en el combate contra el narcotráfico, se ha impuesto un arancel de 25 % sobre las importaciones de ambos países. La medida se enmarca en una estrategia de presión para obligar a una mayor coordinación y acción frente a lo que se considera una grave amenaza para la salud pública y la seguridad nacional.

Según las autoridades estadounidenses, la situación se agrava por la existencia de redes de narcotráfico que operan con el aparente respaldo de ciertos sectores del gobierno mexicano. En este sentido, se alega que algunos grupos del crimen organizado han encontrado refugio en territorio mexicano, facilitando la producción y el transporte de sustancias letales. La preocupación aumenta al señalar que casi la totalidad de las incautaciones de fentanilo, realizadas en el último año fiscal, se concentran en la frontera entre Estados Unidos y México, lo que demuestra la magnitud del problema.

Además, se ha resaltado un preocupante aumento en la producción de fentanilo en laboratorios clandestinos en Canadá, donde se opera en zonas rurales del oeste. Estos centros de síntesis, presuntamente controlados por organizaciones con vínculos internacionales, podrían generar volúmenes que, en caso de ingresar al mercado estadounidense, representarían un riesgo extraordinario para millones de ciudadanos.

Esta medida arancelaria se enmarca dentro de una estrategia más amplia para ejercer presión a través de la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA). Las autoridades estadounidenses afirman que la incapacidad para detener el tráfico ilegal y coordinar acciones con las fuerzas de seguridad ha llevado a una situación que demanda respuestas inmediatas, con el fin de proteger la integridad y la vida de la población en Estados Unidos.

Asimismo, se informó que durante el último año fiscal el Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras incautó más de 7 mil kilos de fentanilo en las fronteras, cantidad que, de haberse introducido en el país, podría haber tenido consecuencias devastadoras para la población estadounidense.

La reacción de las autoridades mexicanas ha sido enérgica. El gobierno de México, en voz de su presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, ha rechazado la declaración de la Casa Blanca, calificándola de ofensiva y sin fundamentos, y ha dejado entrever que se tomarán medidas de respuesta que podrían incluir acciones comerciales. Este episodio se suma a una larga historia de relaciones complejas entre Estados Unidos y sus vecinos del sur, donde los lazos económicos se ven frecuentemente tensados por discrepancias en materia de seguridad y políticas migratorias.

La medida ha generado inquietud en los mercados internacionales, ya que México es uno de los principales socios comerciales de Estados Unidos. Con exportaciones que abarcan desde automóviles y autopartes hasta electrodomésticos, la imposición de estos aranceles podría desencadenar represalias y afectar de manera significativa las cadenas de suministro y el comercio bilateral en una región tan interconectada.

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