Ante la incertidumbre que se sigue viviendo en el país, a pesar de la pausa que Donald Trump, presidente de Estados Unidos, concedió sobre los aranceles, los industriales del sector automotriz y maquilador consideraron un alivio la suspensión temporal del 25 % de aranceles a las exportaciones anunciada, sin embargo, advirtieron que la presión económica persiste al igual que la inestabilidad económica, debido a las amenazas.
Esto se debe a que el presidente de Estados Unidos anunció que tomará una decisión sobre la aplicación de los aranceles el próximo 2 de abril; una amenaza que ha reiterado mensualmente desde su regreso a la Casa Blanca el pasado 20 de enero.
“Es un respiro para el sector automotriz la tregua de un mes que anunció el gobierno de Estados Unidos en la aplicación de los aranceles del 25 % a la industria automotriz”, consideró Carlos Sosa Spíndola, presidente en Puebla de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra). Sin embargo, advirtió que se está poniendo en riesgo la estabilidad económica para negociar en otros ámbitos.
“Están jugando con una presión económica a través de aranceles para obtener resultados en otras materias como migración y seguridad, la lucha contra el fentanilo. Sin embargo, esta moneda de cambio que están usando genera incertidumbre y afecta la economía de ambos países”, consideró el dirigente empresarial.
Sosa Spíndola señaló que un escenario de “guerra arancelaria” no es benéfico para la industria mexicana en ningún sentido, aunque muchos de sus efectos se notarán a mediano plazo.
Por otra parte, el presidente de la Canacintra recordó que hace unos meses el T-MEC era “intocable” y consideró que lo deseable sería volver a regirse bajo las reglas establecidas en el tratado comercial norteamericano.
Carlos Sosa apuntó que hay autopartes que cruzan hasta siete veces la frontera, por lo que dejar de comerciar entre ambos países sería complicado y tomaría décadas ajustar la industria mexicana para que fuera autosuficiente en la producción de componentes.
Dentro de la industria automotriz, los sectores más afectados por la imposición de aranceles serían el de autopartes, que incluye el ensamblaje de vehículos, además del mecánico y el plástico.
De acuerdo con Alfredo Arzola López, presidente del Clúster Automotriz de Guanajuato, esta medida, promovida por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, provocaría una reestructuración en la cadena de suministro a nivel global, con cambios en los precios, ajustes en la producción y modificaciones en la negociación del T-MEC.
Además, el impacto económico también llegaría con fuerza a las arcas de los gobiernos de Estados Unidos, Canadá y México, afectando la recaudación de impuestos.
Sumado a ello, los efectos de los aranceles generarían recortes de personal, paros técnicos y una recesión en la industria automotriz de Guanajuato.
Alfredo Arzola aseguró que, hasta el momento, en la entidad no se tiene reporte de alguna planta que se encuentre en paro técnico, pero reiteró que todas podrían entrar en ese escenario a partir del próximo mes si el país vecino continúa firme en su postura de aplicar el 25 % de aranceles.
Sobre este complejo panorama, analistas y consultores de economía adelantan los tres posibles escenarios que enfrentaría la industria automotriz en el país.
“En el primer escenario, las empresas implementarían medidas rápidas para amortiguar la caída de las ventas, en la cual habría paros técnicos en todas las plantas armadoras para que ajusten su producción, así como reducción de la jornada laboral, toma de vacaciones, inclusive reducción de personal”, explicó.
“En el segundo escenario, tendría ajustes de precios en la venta al público, lo que podría amortiguar un poco serían los inventarios, con lo cual las empresas podrían atender el mercado, pero generaría que los consumidores frenaran el consumo en Estados Unidos principalmente. Es sobre la marcha que las empresas estarán visualizando las decisiones a tomar en lo individual”, refirió.
“También implicaría una reestructuración a la cadena de suministro a nivel global, con cambios de precios, ajustes en la producción y la negociación del Tratado de Libre Comecio, y también traería una repercusión drástica para las arcas de los gobiernos de EstadosUnidos, Canadá y México, en materia de impuestos y recaudación”, finalizó.