El líder de la República Popular Democrática de Corea (RPDC), Kim Jong-un, ha calificado de “misión sagrada” la participación de su país en la liberación de la provincia rusa de Kursk, informó el lunes la agencia KCNA.
“Kim Jong-un, resuelto a hacer participar en la guerra a las subunidades de combate de nuestras Fuerzas Armadas, definió como misión sagrada reforzar [para que queden] más firmen que una roca las tradicionales amistad y solidaridad entre la RPDC y Rusia, garantizar el desarrollo y la prosperidad de ambos países y defender el honor de la República Popular Democrática de Corea”, escribió el medio.
Kim Jong-un también señaló que “todos los que lucharon por la justicia son héroes y representantes del honor de la patria”.
De acuerdo con la Comisión Militar Central del Partido del Trabajo de Corea, con la liberación de Kursk, falló “el aventurado intento político y militar de las fuerzas occidentales y las autoridades ucranianas de frustrar” la operación especial de Rusia.
Se señala que “la invicta y probada en combate amistad entre ambos países contribuirá en gran medida al ulterior desarrollo de las relaciones amistosas y de cooperación en todas las esferas de la vida”. Pionyang “también en el futuro apoyará invariable y plenamente la sagrada causa del Ejército y el pueblo de Rusia”, reseñó la comisión.
Desde Rusia también señalaron el rol de la RPDC en la liberación de Kursk. “La solidaridad demostrada por nuestros amigos coreanos es una manifestación del alto nivel de nuestras relaciones, un hecho de aliados”, manifestó la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova. Según el corresponsal ruso de guerra Alexánder Kots, los soldados norcoreanos se distinguían por “su coherencia, disciplina, fatal desprecio por la muerte e inmensa resistencia”.