Las autoridades mexicanas han encontrado a los cuatro ciudadanos estadounidenses desaparecidos el viernes en Matamoros, Tamaulipas. Dos están muertos, otro malherido y un cuarto en buen estado. El gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal, ha dado la noticia a través de una llamada telefónica en la conferencia de prensa matutina del presidente, Andrés Manuel López Obrador. La secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, ha informado de que hay un detenido.
Se cumplían casi dos horas de la comparecencia del mandatario, cuando una periodista le ha preguntado por el caso, que amenazaba con provocar un importante conflicto diplomático con Estados Unidos. Este lunes, la Casa Blanca se había referido al asunto, calificándolo de inaceptable. El domingo, además, el FBI había divulgado un comunicado, en el que ofrecía una recompensa de 50.000 dólares por pistas que pudieran llevar a su paradero.
Ante la pregunta, el mandatario ha consultado con Rodríguez, que justo acababa de recibir una llamada de Villarreal sobre el tema, en la que le informaba del hallazgo. López Obrador ha pedido a la secretaria que informara y la mujer, que tenía al gobernador al teléfono, le ha pasado el aparato al mandatario, que lo ha puesto en altavoz, junto al micrófono. “Aproximadamente hace una hora nos notificaron de que había indicios de que los habían visto. Y hace 35 minutos fue confirmado por la Fiscalía”, ha dicho.
Las autoridades no han informado de la identidad de los supervivientes y los fallecidos.
Un par de horas después, John Kirby, portavoz del Consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, explicó en Washington en una llamada con periodistas que “cualquier ataque a uno de nuestros ciudadanos es inaceptable, no importa dónde, ni cuáles sean las circunstancias”. Expresó sus “más profundas condolencias” a las familias y dijo que ahora los esfuerzos de las autoridades estadounidenses, que están en “permanente contacto con las mexicanas”, se concentran en la “segura repatriación” de los dos cadáveres, y en la “salud de los [dos] supervivientes”. Kirby no dio más detalles sobre los fallecidos, porque el deseo de Washington, añadió, es “respetar la seguridad y la privacidad” de las familias. También prometió que el Departamento de Justicia ampliaría la información a lo largo de la jornada.
Medios estadounidenses han informado de que los cuatro viajeros procedían de Carolina del Sur. Eran tres hombres y una mujer. Según ha informado CNN, la mujer, Latavia “Tay” Washington McGee, de 33 años, tenía una cita médica en Matamoros el viernes, para someterse a una intervención quirúrgica. En México, muchas de esas operaciones son más baratas que al norte de la frontera. Los otros tres eran amigos que la acompañaban. El Departamento de Estado desaconseja a sus compatriotas que viajen a Tamaulipas.
Aunque no fue hasta el domingo cuando se confirmó que se trataba de ciudadanos de Estados Unidos, el caso se hizo público desde el principio. Desde el viernes, vídeos del secuestro empezaron a circular en redes sociales. Después de tirotear la camioneta en que viajaban los cuatro amigos, cerca del centro de Matamoros, los atacantes agarraron los cuerpos, algunos inconscientes, y los tiraron en la batea de una camioneta. En las imágenes se veía a la mujer, ella aún consciente, empujada al vehículo de los criminales.
La poca información que dieron las autoridades en los primeros momentos fue muy confusa. En un comunicado divulgado el mismo viernes, la policía de Tamaulipas informó de “dos incidentes” ocurridos entre mediodía y las 14.00. Uno era el secuestro y el otro, un tiroteo, en otra zona de la ciudad. La dependencia no explicó si ambos eventos estaban relacionados y habló de la pérdida de “vidas humanas y de lesionados”, sin especificar más. Hasta el momento, además de dos de los cuatro estadounidenses, se sabe que una mujer mexicana falleció igualmente por los balazos del viernes.
Medios de Estados Unidos han informado estos días, citando a antiguos agentes de corporaciones de seguridad del país, que los criminales detrás del ataque y el secuestro serían parte del grupo Escorpión, una de las facciones del Cartel del Golfo. Las autoridades mexicanas no han informado al respecto. Matamoros ha sido la cuna del Cartel del Golfo desde su fundación. Diferentes escisiones, como Los Zetas, hace ya más de 15 años, se hicieron fuertes en otros puntos de la geografía fronteriza de Tamaulipas, como es el caso de Nuevo Laredo.