* Candidato a ministro de la SCJN……
Por Mireya Álvarez
“Si la justicia en México se ha entendido como la aplicación de la ley, entonces nuestros pueblos han estado fuera del sistema de justicia durante dos siglos”, afirma con firmeza Hugo Aguilar Ortiz, candidato indígena a ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
Con más de 30 años de lucha por los derechos de los pueblos originarios y afromexicanos, Aguilar Ortiz alzó la voz en una ponencia organizada por el Colectivo Intercultural, donde presentó un diagnóstico crítico del sistema judicial mexicano, al que calificó de excluyente, racista y desconectado de las realidades indígenas.
“No es una queja, es un llamado razonado y urgente a transformar de raíz el modo en que se ejerce la justicia”, dijo. Recordó que fue hasta 1992 cuando los pueblos indígenas fueron incluidos por primera vez en la Constitución, y no fue sino hasta 2001, tras el impulso del movimiento zapatista, que su presencia legal se fortaleció. Los pueblos afromexicanos, agregó, fueron reconocidos formalmente hasta 2019.
Durante décadas, sostuvo, el sistema legal mexicano operó bajo una visión de nación homogénea, negando la diversidad cultural. “Se acomodaron las leyes para que los que tienen poder lo perpetúen; y los de abajo, sigan abajo”, denunció.
Aguilar explicó que la Suprema Corte ha llegado a reconocer a las comunidades indígenas como “comunidades de hecho”, pero no como sujetos plenos de derecho. “Nuestra existencia fue tolerada, pero no reconocida. Nuestras tierras saqueadas, nuestros derechos negados”, expresó con indignación.
También cuestionó el enfoque de la política indigenista del siglo XX, que buscaba asimilar en lugar de integrar. “Ser indígena era sinónimo de pobreza e ignorancia. Así nos trataron. Se exaltaron nuestras danzas y trajes, pero se nos negó el derecho a decidir sobre nuestro destino, a gobernarnos, a participar en los espacios de poder”.
Agregó que el sistema judicial no solo ha sido indiferente, sino activamente hostil hacia los pueblos originarios. “Aplicar la ley ha sido una injusticia para nosotros, porque no estábamos en la legislación. Las sentencias podían estar bien elaboradas, pero ninguna nos favorecía”.
Sin embargo, destacó que la reciente reforma constitucional del 5 de febrero representa una oportunidad histórica. “Ahora el artículo 2º nos reconoce como sujetos de derecho público. Por fin podemos acceder al presupuesto federal, al sistema bancario, al RFC, y somos reconocidos como autoridades legítimas”.
Además, las comunidades ahora tienen derecho a la consulta y al consentimiento previo, libre e informado sobre decisiones que afecten sus territorios. “Ya no se pueden otorgar concesiones mineras o permisos forestales sin consultar a los pueblos. Si lo hacen, esos actos son inválidos”, enfatizó.
Con este nuevo marco, Aguilar Ortiz busca dar un paso más: llegar a la Suprema Corte. “No quiero llegar por mí, sino por el pueblo. Llevo tres décadas construyendo principios y conceptos que den vida jurídica a nuestras realidades. Tengo la experiencia y la convicción para marcar una diferencia”.
Denunció que fue eliminado de la primera lista de aspirantes por un supuesto incumplimiento administrativo, pero logró reincorporarse tras impugnar y presentar pruebas. “No tengo maquinaria política ni recursos. No imprimimos lonas ni spots. Nuestra campaña se hace con la voz de las comunidades”.
El próximo 1 de junio, la ciudadanía podrá votar en una boleta morada que incluye a los candidatos a ministros. Aguilar Ortiz aparece con el número 34, el primero en la columna de varones. “Este voto no es para mí, es para los pueblos. Es una oportunidad histórica que no debemos desaprovechar”, expresó.
Enfatizó que su postulación no es un gesto simbólico, sino un acto transformador. “Queremos que cada debate en la Corte -medioambiental, democrático, judicial- incorpore la cosmovisión indígena. No somos pueblos muertos ni pasivos; tenemos conocimiento, filosofía, ética”.
La elección de ministros y ministras será la primera en la historia moderna de México con participación directa del pueblo. Se elegirán nueve integrantes: cinco mujeres y cuatro hombres. Hugo Aguilar Ortiz representa la posibilidad real de que la SCJN cambie no solo de rostro, sino de espíritu.
“Estamos en tercer lugar nacional y en segundo entre los hombres, gracias al apoyo del pueblo. Yo no tengo dinero ni amigos en las ciudades. Solo tengo esta causa… Esta candidatura es una insurgencia pacífica y legal. Los pueblos, después de siglos de exclusión, hoy tocan con fuerza la puerta de la justicia. La historia está por escribirse”, concluyó.