Luisa Huertas es una de las actrices más respetadas y admiradas de México, con una carrera artística que abarca más de cinco décadas en teatro, cine, televisión y docencia.
A lo largo de su trayectoria, Huertas ha demostrado su versatilidad y su profundo compromiso con las artes escénicas, logrando destacar en múltiples disciplinas, por lo que fue galardonada con el Premio Peyote, en el cierre del Festival de Cine de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), que se llevó a cabo el pasado 11 de octubre en el Centro Cultural Bicentenario.
Dentro de este magno evento, el día 10 de octubre las actrices Rebeca Manríquez y Luisa Huertas presentaron la película “No Nos Moverán”, dirigida por Pierre Saint-Martin, que mezcla el drama y el thriller.
La trama se centra en Socorro, una abogada obstinada que, durante décadas, ha estado buscando al soldado responsable de la muerte de su hermano en la Masacre de Tlatelolco de 1968. Su obsesión con la justicia la aleja de su familia, especialmente de su hermana; Esperanza y su hijo Jorge, y la lleva a planear un complicado acto de venganza que pone en riesgo su vida y patrimonio.
A través de este viaje, la película explora temas como el duelo, la culpa y el perdón, en un contexto histórico doloroso para México.
A pesar de lo oscuro del tema, “No Nos Moverán”, también tiene momentos de humor, lo que la convierte en una mezcla única entre el cine de suspenso y una comedia dramática.
En entrevista con las actrices mexicanas Luisa y Rebeca compartieron sus perspectivas sobre la evolución del Festival Universitario de la (UASLP) y su experiencia como parte de él.
Huertas, quien ya había participado en la edición anterior, señaló cómo el evento ha crecido y mejorado, enfatizando lo difícil que es mantener y hacer que un festival universitario como este prospere. Ambas actrices valoran la importancia de estos espacios para fomentar la difusión cultural y la educación sobre temas históricos, especialmente para las nuevas generaciones.
Tanto para Huertas como para Manríquez es vital que los jóvenes conozcan los hechos históricos como el mostrado en la cinta, no solo para evitar que se repitan, sino también para entender el contexto político y social de México.
Rebeca mencionó que es fundamental que las y los jóvenes también estén conscientes de la lucha de las mujeres a lo largo de la historia. No desde un enfoque puramente feminista, sino desde el reconocimiento de cómo las mujeres han sido clave en momentos trascendentales del país, desde la época de la independencia hasta los movimientos revolucionarios y contemporáneos.
Las actrices coincidieron en que el arte ha sido históricamente un reflejo de las sociedades y sus movimientos sociales.
El teatro y el cine, en particular, son dos disciplinas que permiten llegar a un público amplio y que tienen el poder de generar una conciencia colectiva sobre temas sociales importantes.
Huertas menciona que, a lo largo de la historia, el arte ha acompañado a movimientos políticos y sociales en todo el mundo, desde la Guerra Civil Española hasta la Unión Soviética. En México, el grabado y los carteles han sido medios poderosos de expresión artística y política, y el cine y el teatro continúan esa tradición en la actualidad.
Huertas reflexionó sobre su trayectoria de 55 años en el teatro, cine y docencia. La actriz mostró su gratitud por recibir un reconocimiento en el festival y por haber podido dedicarse a lo que más ama: actuar y enseñar. Para Luisa, el teatro ha sido su hogar, y es en este ámbito donde ha construido la mayor parte de su carrera. Además, revela que ser docente lo descubrió hace 40 años y es una parte esencial de su vida profesional.
Manríquez, por su parte, elogió la carrera de su colega y destacó la dedicación y el talento de Huertas, considerándola una de las mejores actrices de México, señalando que se lo merece completamente por su vida dedicada a la actuación en todas sus formas.
Compartieron su reflexión sobre el futuro y los roles que aún podrían interpretar. Ambas coinciden en que el “próximo papel” siempre es el más emocionante, y están listas para seguir explorando nuevos personajes y proyectos. Para ellas, lo más importante no es el tamaño del papel, sino el contexto y el mensaje que ese personaje pueda transmitir en una obra o película. Este compromiso con su arte y su disposición para seguir creciendo y aprendiendo después de tantas décadas de trayectoria muestra su profunda pasión por la actuación.
Al recibir su Premio Peyote, Luisa agradeció a su familia, colegas, la UASLP y en especial a su hija Erandi, quien también estuvo presente para dedicarle una significativa carta en donde describió a su madre como “encarnación de la naturaleza”.
La homenajeada mencionó que el premio otorgado “era símbolo de espiritualidad y trascendencia”, que, así como para el consumo del peyote debe haber una enorme preparación también aplica para recibir este homenaje.