Por Karina A. Rocha Priego
Mal y de malas. El próximo 1 de octubre, Claudia Sheinbaum asume oficialmente el cargo de Presidenta de los Estados Unidos Mexicanos, sin embargo, ha sido evidente que el poder de convocatoria, tanto del presidente en turno como el de la presidenta electa, no ha tenido el efecto deseado.
Si bien es cierto que mandatarios de algunos países marcados por el sistema político socialista sí acompañarán a Sheinbaum a su toma de protesta, por obvias razones, representantes de algunos países europeos invitados al evento no han confirmado, es más, España ha dicho que “no viene”, toda vez que no fue tomado en cuenta al rey Felipe VI, hecho que fue considerado como “inaceptable”, como inaceptable y ridículo fue que Andrés Manuel López Obrador haya pedido a España que pidiera “perdón” por “haber conquistado México hace 503 años”, hecho que lastimó las relaciones entre ambos países cuando en España los mexicanos éramos muy bien recibidos y en México, los españoles siguen siendo bien recibidos ¡por los mexicanos!, no por las autoridades.
Nada más como “breviario”, tendríamos que recordar a esos “dolidos conquistados” que, de no haber sido así, pudo haber sido otro país el que nos conquistara y, de no haber sido así, pues los que hoy “se quejan”, ¡seguirían usando penachos y taparrabos!.
En fin, a la gente en el poder, se le olvida que podemos obtener más de los países de primer mundo como España, que de un tercermundista como Brasil que, en lugar de darnos ¡nos quitan!, como si tuviéramos la obligación “de mantenerlos”; pero, bueno, así las cosas.
Aún así, dicen que hasta hoy, han confirmado su asistencia a la toma de protesta de Sheinbaum 105 países invitados y 22 organismos internacionales, pero, dicho sea de paso, el que debería preocupar a la clase política morenista es que, a la mera hora, se cancele la presencia de Jill Biden, esposa del presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, quien al parecer ya confirmó, pero se rumoraba habría cambios en ese sentido, de ser así, duro golpe recibirá el primer día de mandato de Sheinbaum Pardo.
Pero, de antemano, sabemos que el inicio de la administración de Sheinbaum será verdaderamente complicado. La presidenta tendrá que sortear un sinnúmero de dificultades heredadas por la administración saliente, empezando por los 17.7 billones de pesos de deuda externa que, supuestamente, “ya negoció el gobierno saliente”, lo cual, hasta no ver, no creer.
Luego, un tema latente y muy espinoso, sin lugar a dudas, la reforma judicial, esta que fue publicada de manera ¡abusiva e ilegal! En el Diario Oficial de la Federación cuando esta, ¡ni siquiera cuenta con las reformas adicionales!, o sea, las reglas con las que se aplicará dicha reforma, de ahí que de manera tajante una jueza federal de Veracruz concedió una nueva suspensión definitiva por la que ordenó al director del Diario Oficial de la Federación (DOF) eliminar la publicación de la reforma judicial, realizada el 15 de septiembre de 2024.
La jueza es Nancy Juárez Salas, titular del Juzgado Décimo Noveno de Distrito en el estado de Veracruz, quien seguramente tendrá que solicitar ¡protección!, para evitar ataques en su contra, ya saben cómo se las gastan en esta administración saliente y, bueno, la respuesta de la jueza respecto a su fallo fue que, “si se permite que el orden público e interés social se privilegie de manera arbitraria sobre los derechos humanos se violaría el artículo primero constitucional. Por eso resulta procedente conceder la suspensión definitiva con efectos restitutorios, para que las autoridades responsables, presidente de los Estados Unidos Mexicanos y director del Diario Oficial de la Federación, en el ámbito de sus respectivas consecuencias, eliminen la publicación realizada”.
Claro que no lo han hecho y seguramente no lo harán, pues impera “la ley del más arbitrario e impositivo” y no la ley de la razón, pero, a unos días de que concluya la administración amlista, la que se queda con la “papa caliente” en las manos será Claudia Sheinbaum Pardo y, honestamente, por “muy subordinada” que sea a los mandatos de Andrés Manuel López Obrador, el futuro de México estará ya en sus manos, en todos los ámbitos y sectores, por lo que este, será una “piedra en su zapato”.
Peor aún, queridos lectores, cuando, la ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Lenia Batres, invitara a Juan A. García Amado, doctor en Derecho por la Universidad de Oviedo, España, para que hablara de la reforma judicial, ponderando el tema sobre politización de la justicia y limitación de la interpretación constitucional.
Pero a la magistrada “le salió el tiro por la culata”, pues el ponente resaltó tácitamente que ¡el verdadero fondo de la reforma sólo refleja la necesidad del partido gobernante o del gobierno partidista, de someter al Poder Judicial y destruir su independencia, para obtener de él su mayor beneficio, es decir, resoluciones a favor, y en caso contrario castigar su atrevimiento!.
Aquí, “no hay más que un gobierno autocrático, que de su esencia sólo se desprende la obsesión de un poder absolutista, que busca primero, para consolidarse, el desmoronamiento de las instituciones, y en segundo término, la instauración de una república comunista mediante un Poder Legislativo y Judicial a modo e impuesta por el mismo, los adeptos aleccionados ya los tiene, absortos en programas sociales adictivos y acaparadores.
¡El tema electoral desaparece al mismo tiempo que la democracia!.
Por supuesto que Juan A. García Amado, es un experto internacional en la materia, no es ningún improvisado como otros, que sólo se han sometido a lo que el “rastrerismo” y que les favorezca de manera “personal” pero, ¿qué interés podría tener García Amado que no sea dar su punto de vista profesional? Basado, insisto, en su conocimiento y experiencia.
Claro que este fue un “golpe bajo” a la ministra Batres Guadarrama, pues, tras profundizar en el tema, que Juan A. García Amado dijo, entre otros puntos no menos importantes, que “…los jueces electos trabajarán en función de qué necesita mi partido, que los jueces utilicen ese poder, pero a mi favor, entonces, esa es la combinación perfecta de jueces con mucho poder, pero políticamente manejados”.
Ejemplificó que si el Gobierno señala sobre los ministros: “si los siete son de los nuestros, viva el Poder Judicial, y si son de los otros, abajo el Poder Judicial, si eso es lo que nos importa, no creemos en el Estado de derecho y en la Constitución”.
Afirmó que “cuando limitamos la interpretación de la Constitución, no es para defenderla, es para beneficiarnos, por eso no podemos hacer juez a cualquiera. Si pensamos que la separación de los jueces, la inamovilidad y el criterio técnico es un inconveniente”.
En pocas palabras, queridos lectores, uno más que interpreta la reforma judicial como cientos de miles de abogados, jueces y hasta magistrados, que se han negado rotundamente a dicha reforma, la cual, fue aprobada “por sumisión, entreguismo, rastrerismo”, no porque sea benéfica y mucho menos favorable para ¡los mexicanos!, no para unos cuantos, sino para los más de 130 millones de mexicanos.
Y es ese tema el que, sin lugar a dudas, tiene nerviosa a la presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo. Al tiempo, queridos lectores, al tiempo…