Por Karina A. Rocha Priego
Como es sabido, el próximo 31 de diciembre culminan las administraciones municipales de los 125 ayuntamientos del Estado de México; algunos y sólo algunos, lograron la reelección, otros más tendrán que entregar el cargo, y la mayoría tendrá que hacerlo a los alcaldes electos de Morena, que fueron mayoría.
Por ende, los servidores públicos de los ayuntamientos panistas y priistas, principalmente, están en la disyuntiva de ¿qué van a hacer a partir de entregar sus renuncias? Pues, como ya lo había comentado, desgraciadamente hoy todo lo que “huela a PAN o PRI”, para los morenistas apesta y, sintiéndose estos “dueños del poder y del país”, es que habrán de rechazar a todo servidor público emanado de dichos institutos políticos.
De ahí que muchos de los que habrán de quedar desempleados están pensando muy seriamente en “renunciar a sus partidos” de manera por demás formal, con escrito y todo, con acuse de recibo, para en determinado momento poder pedir trabajo en alguna administración entrante y, si esta es “morenista”, hacerles saber que han renunciado a sus partidos, para evitar ser señalados o marcados.
Estarán de acuerdo en que se viene un grave desempleo en el Estado de México y en todo el país, para ser claros; todos los que quedan fuera de las administraciones municipales son padres o madres de familia que tienen la necesidad de trabajar para mantener a sus familias; no sólo es decir “que se vayan, porque son priistas o panistas”, eso es lo más irresponsable que hemos escuchado. Los gobiernos actuales hablan del “bienestar del pueblo” y se les olvida que la gente que forma parte de sus administraciones y de cualquier otra, son gente ¡del pueblo!, también son ciudadanos mexiquenses que tienen que seguir viviendo y salir adelante, pero la cerrazón de los morenistas ha llegado a los peores extremos.
Pero quienes perderán sus empleos buscan soluciones para poder seguir manteniendo a sus familias, sabedores de que los programas sociales ¡no durarán mucho!, toda vez que en México ¡no hay dinero!, se llevaron todo, y si consideramos que la nueva administración federal ¡está prestando NUESTRO dinero a los cubanos, de las reservas que tenemos!, peor aún será la situación.
Además, recordemos que en lo que se define el asunto de la reforma judicial, grandes consorcios y empresas se están yendo de México ante la falta de certidumbre, pues estarán ustedes de acuerdo en que una cosa es el discurso y otra muy distinta la realidad que viven 127 millones de mexicanos.
Por otro lado, seamos honestos, según un estudio minucioso, la militancia partidista en México está muy repartida y sí, Morena encabeza la lista con 2.3 millones de militantes; el PRI, 1.4; el PRD, 999 mil; Verde Ecologista, 592 mil; PT, 457 mil; Movimiento Ciudadano, 384 mil, y PAN, 278 mil; lo que significa que sólo 6.4 millones de mexicanos están afiliados a algún partido de un padrón electoral de 98 millones de personas.
Entonces, estaremos de acuerdo en que no todos los servidores públicos de algún ayuntamiento forzosamente tienen que ver con algún partido político, de todos modos ¡se quedarán sin trabajo!.
La solución, entonces, para muchos, es “afiliarse a Morena”, les guste o no, comulguen con su “ideología o no”, pues el panorama que vislumbran al corto plazo para México, es que llegaremos al punto que hoy está viviendo Venezuela, donde la gente no tiene trabajo; donde miles de familias están muriendo de hambre; donde miles de personas se tienen que formar tras un camión cada X tiempo, para recibir un kilo de arroz y un litro de leche para alimentar a su familia durante todo un mes.
Eso es lo que están viendo cientos de miles de mexicanos, por ende, mexiquenses, sobre todo aquellos que terminarán, insisto, una administración municipal; estos, que se verán en la necesidad de renunciar al PRI, principalmente, prefieren agachar la cabeza ante Morena, antes que morir de hambre, ellos y sus familias.
Triste, querido lector, pero así es.
Ahora bien, el Partido Revolucionario Institucional quiere hacer “en corto” lo que no hizo en años.
No ha habido un día en que no se da a conocer la postura del Revolucionario Institucional sobre el acontecer político, social y económico del país y Estado de México, sin darse cuenta de que a finales de este 2024 ese instituto político seguirá perdiendo militancia y sin necesidad de expulsar a nadie.
Llama la atención, entonces, que al menos la dirigente estatal del PRI, Ana Lilia Herrera Anzaldo, no se haya dado cuenta de esta situación.
Para miles de militantes el PRI está muerto, por tal, con este se mueren las esperanzas y oportunidades de quienes, seguramente, fueron tricolor por décadas y, como reza el dicho… “de que se mueran en mi casa a que se mueran en la suya (PRI), pues que se mueran en la suya”, y no tarda en que haya una cascada de renuncias al Revolucionario Institucional.
De otra manera, la pregunta sería, ¿cómo podría la dirigencia estatal del PRI apoyar a todos esos servidores públicos que se quedarán sin trabajo a finales de este 2024? ¿Tiene algún apoyo emergente?.
Suponemos que no, porque luego de los resultados electorales recientes el PRI perdió 183 millones de financiamiento y apenas les alcanza a los que forman parte de la CDE, entonces ¡olvídenlo!, el PRI sí está perdido…