Ante la terrible adversidad que se vive con la contaminación que enfrentan más de la mitad de los ríos del país, el gobierno actual se ha propuesto restaurar algunos de los principales caudales. Expertos detallan los desafíos que enfrentan estos sistemas de agua para cesar el impacto al ambiente y cuidar la salud de las personas.
Un trabajo del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA), de 2011, halló mil 90 sustancias químicas en el río Santiago, en Juanacatlán, Jalisco. El “Estudio de Calidad del agua del río Santiago (desde su nacimiento en el lago de Chapala hasta la presa Santa Rosa), tercera etapa” analizó 26 descargas industriales en tres campañas de muestreo entre 2009 y 2010.
“Las descargas industriales resultaron más contaminantes que las descargas municipales, ya que del 87 al 94 % de las industrias incumplen en al menos uno de los parámetros de NOM-001-Semarnat-1996”, denunció Raúl Muñoz Delgadillo, presidente del Comité Ciudadano de Defensa Ambiental de El Salto.
Más de una década después, la contaminación visible en las cascadas sucede pese a la inversión del gobernador Enrique Alfaro de 4 mil 600 millones de pesos para recuperar el río Santiago, acusa Muñoz.
El río Santiago es una muestra de lo que sucede en un país donde 70 % de los ríos están contaminados, según ha confirmado la titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Alicia Bárcena Ibarra. A su vez, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo ha puesto en sus promesas de gobierno el rescate de algunos de los principales ríos: Lerma-Santiago, Tula y Atoyac; pero los expertos invitan a poner la atención en el origen de la contaminación que se concentra en la industria, lo cual evitaría que, en primer lugar, las sustancias tóxicas perjudiquen a los ecosistemas y las personas.
Las descargas de aguas residuales son parte importante de la polución. Se clasifican entre municipales y no municipales. Estas últimas incluyen a la industria cuya agua puede ser autoabastecida de ríos que después sirven como sitios de descargas.
Una revisión de Causa Natura Media de los títulos de descargas residuales del Registro Público de Derechos de Agua (Repda), refleja que el sector industrial lidera la cantidad de aguas residuales descargadas en México.
Si se suman los volúmenes aprobados dentro de los títulos desde 1993 a agosto de 2024, el resultado es que las autoridades han dado luz verde a la descarga industrial de 44 millones 389 mil 297 metros cúbicos por día. Vale decir que no todos estos permisos operan simultáneamente. Con vigencias entre cinco y 30 años, el Repda no especifica cuáles ya expiraron.
Los efectos de las aguas residuales en los ríos son múltiples, apuntó Omar Arellano Aguilar, profesor de la Escuela Nacional de Ciencias de la Tierra de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Uno es la alteración de la osmorregulación, capacidad de los organismos de equilibrar la sal y el agua.
“Muchos de los procesos industriales ocupan mucha sal, un río de agua dulce no debería de ser saldado…. afecta a través de cambios de osmorregulación a muchos organismos que son la base del ecosistema, bacterias nitrificantes, especies unicelulares, plantas, plancton, zooplancton, todo eso es la base que permite que un río esté vivo”, explicó Arellano.
Además, la mezcla de descargas de aguas residuales altera el equilibrio de las bacterias y los niveles de oxígeno que deben tener estas corrientes, agregó.
“Se han descargado toneladas de metales pesados, de agroquímicos, de hidrocarburos, y actualmente de plásticos y microplásticos que también ya son un gran problema.
Entonces no hemos podido frenar la contaminación histórica que afecta a nuestros ríos cuando ya se están incorporando nuevos contaminantes que ni siquiera tenemos laboratorios capaces de monitoreo”, detalló Arellano.
La creciente contaminación de plásticos agrava el problema de los ríos.
En México, el conjunto de estos sistemas de aguas suma alrededor de 633 mil kilómetros de longitud.
De acuerdo con el Inventario Nacional de Fuentes de Contaminación Plástica, desarrollado por la Organización de las Naciones Unidas y la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), los ríos son un medio relevante de transporte de dichos residuos, que en ocasiones llegan al mar.