Petróleos Mexicanos (Pemex) planea reabrir pozos cerrados en un intento por extraer más barriles de ellos a fin de impulsar la declinante producción, mientras lucha por alcanzar un ambicioso objetivo del gobierno. Según documentos y fuentes que saben del tema, a ese contexto se considerarían campos de crudo, gas natural y condensado.
Ante este panorama desalentador y preocupante, vale recordar que Pemex declaró recientemente ante la Comisión del Mercado de Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) que espera que la producción caiga a 1.58 millón de barriles por día (bpd) este año, en lugar de los 1.8 millón de bpd que el gobierno tiene como meta.
Sobre este tema, Ángel Cid Munguía, nuevo encargado del área de Exploración y Producción de la empresa, escribió en un documento interno fechado el 6 de mayo, que se estaba avanzando en la “reactivación de pozos cerrados”, aunque no dio más detalles.
Los criterios dependerían tanto de los perfiles de riesgo de los miles de pozos en todo el país, tanto en tierra como en mar, y cuáles podrían aumentar la producción más rápido, dijeron diversas fuentes dentro de la dependencia petrolera.
Hay que recordar que México tiene más de 31 mil pozos, tanto en tierra como en mar, y cerca de un tercio de ellos están cerrados, según datos compartidos por las fuentes citadas.
Más de 4 mil 800 pozos se consideran “operativos” para la producción de hidrocarburos.
La reactivación depende de la información geológica, el financiamiento, la mecánica del pozo y el factor de recuperación de cada pozo, dijo una de las fuentes, que ha estudiado en detalle los pozos cerrados.
A menudo, las empresas necesitan equipos más especializados y más caros para llevar los hidrocarburos a la superficie.
Los pozos que se están considerando para esta estrategia son de crudo, gas natural y condensado, dijo una de las fuentes, que trabaja en Pemex, añadiendo que los planes habían avanzado lentamente, debido a los ajustados presupuestos de la empresa, altamente endeudada.
Algunos de estos pozos se habían cerrado porque se llenaban de agua o presentaban una presión demasiado baja, lo que dificultaba la producción porque se necesitaba equipo más especializado, añadieron las voces consultadas.
Durante los últimos meses, Pemex también había estado trabajando en planes de técnicas de recuperación secundaria para pozos en el golfo de México, entre ellos Ku, Maloob, Zaap, Akal y Ayatsil, advirtieron los informantes de Pemex que trabajaban en un plan separado con el mismo objetivo de impulsar la declinante producción. Aunque los pozos cerrados no tienen que ser reabiertos, utilizando nuevos métodos de producción potencialmente podrían producir mucho más, aseguraron, añadiendo que en parte los proyectos no han avanzado por falta de fondos.
En otro documento fechado el mismo día, Cid Munguía escribió que ya se habían designado dos personas para la supervisión, el diseño y la ingeniería de los proyectos de exploración estratégica.
También hay que destacar que Cid Munguía regresó a su puesto la semana pasada tras la sorpresiva salida de Néstor Martínez, un excomisionado del desaparecido regulador del sector hidrocarburos que había sido nombrado como director del brazo de exploración y producción de Pemex, PEP, en octubre.
La producción de Pemex lleva años disminuyendo a medida que sus campos más antiguos en el golfo de México, incluidos muchos antiguos productores estrella, se van agotando y los campos más nuevos no han logrado compensar la caída.
Pemex redujo la actividad de PEP en el último trimestre de 2024, buscando ahorros por 26 mil 800 millones de pesos, buscando “optimizar los recursos” hacia el cierre del año y aplazando varios tipos de trabajos y postergando para 2025 la adquisición de sísmica.