Por Mireya Álvarez
Como bien dijo la gobernadora Delfina Gómez ´”las lluvias también son bendiciones”, y ante las que se han presentado en todo el Estado de México, se ha permitido la recuperación en las presas del Sistema Cutzamala. De acuerdo con el Sistema Nacional de Información del Agua (SINA), las recientes lluvias torrenciales han permitido una recuperación en ocho presas que se encuentran a más del 100 por ciento de su capacidad.
De acuerdo con el reporte, en la entidad la Presa Madín, ubicada en los límites de Naucalpan, en el municipio de Atizapán, está al 167 por ciento de su capacidad de llenado.
Ante ello, se ha alcanzado un 53.16 por ciento de la capacidad total, lo que representa un incremento del 16.36 por ciento, con respecto al 12 de agosto.
En este tenor, la presa la Gavia, ubicada en el municipio de Almoloya de Juárez, presenta un almacenamiento que ha alcanzado el 119 por ciento de su capacidad, según el reporte de monitoreo de presas del Sistema Nacional de Información del Agua. Esta cifra preocupante se suma a otras presas en México que también superan el 100 por ciento de su capacidad.
En Temoaya, la presa San Bernabé registra un 108 por ciento de almacenamiento, mientras que las presas la Isla de las Aves en Atlacomulco y Tepetitlán en San Felipe del Progreso alcanzan el 104 por ciento. En Aculco, tanto la presa Nadó como la del Molino están al 102 por ciento, y la presa Danxho reporta un nivel del 101 por ciento.
Sin embargo, la presa abastece de agua potable a diversos municipios como Atizapán de Zaragoza, Naucalpan, y Tlalnepantla, debido a la condición que presenta, Conagua tuvo que planear un desfogue a cargo del Organismo de Cuenca Aguas del Valle de México (OCAVM).
Al igual que la presa el Ángulo en Cuautitlán Izcalli está recurriendo a acciones de desfogue para mantener al menos tres metros libres de su máximo nivel de capacidad.
Si bien es cierto que el agua “son bendiciones”, hoy por hoy el Estado de México padece graves afectaciones por las torrenciales lluvias que han cobrado, incluso, vidas humanas, ante el desbordamiento de las presas y los deslaves provocados por las mismas.
Ante esta situación, autoridades federales y estatales, se abocan a mantener la vigilancia en aquellos lugares donde el desbordamiento de sus presas está latente, no sin antes conminar a los vecinos de las zonas de alto riesgo evacúen y hagan uso de los albergues que han sido acondicionados para ellos.
