Firmar un pacto de vida saludable con los productores de alimentos chatarra, es un error mayúsculo de la Secretaría de Educación Pública, y para el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo será muy difícil echarlo atrás.
Así lo señalaron académicos y especialistas, quienes consideraron que “abrirles la puerta, como hizo Mario Delgado, a la Secretaría de Educación Pública, es un error grave, muy grave”, reiteraron.
“Tú le abres la puerta a ellos [a la industria de la comida chatarra] y lo que tienes detrás es una industria probada para autovalidarse, que ha gastado miles de millones de dólares para mantenerse en el top del consumo global, eso es a lo que le abres la puerta cuando les permites [entrar]”, agregaron los académicos.
Los analistas cuestionaron la lógica del acuerdo y, en este caso, acotaron al expresidente Andrés Manuel López Obrador, quien decía que “cuando algo no suena lógico, suena metálico”.
Lo que hizo Mario Delgado fue darle entrada a aquellos para los que sacar dinero de millones de niños es su sueño, resaltaron que con el logro del etiquetado frontal México había logrado hacer conciencia sobre el daño de la “chatarra”, recordaron al señalar que el encuentro del titular de la SEP con representantes de estas compañías, contradice el discurso del Gobierno Federal en materia de salud.
Esto es particularmente cierto, especialmente cuando se habla de la niñez mexicana, e incluso significa una “capitulación” respecto a la posición contra la llamada “industria de la chatarra”.
Por ello, el que Mario Delgado se haya sentado con “los envenenadores número uno”, es una inconsciencia que no cuadra con la imagen y el entorno de la Presidenta de México.
Hicieron notar los expertos que mientras el Gobierno Federal transmite en la “Mañanera” un segmento llamado “Vida saludable”, la ocurrencia de Delgado Carrillo simplemente lo echa por tierra, pues exhibe “lo escandalosamente contradictoria” que es la decisión del titular de la SEP de reunirse con la cúpula de la “industria chatarra”.
La gordura, explicaron los expertos, es un problema de políticas públicas que no ofrecen dónde la gente puede encontrar comida saludable, en vez de puntos de venta llenos de alimentos ultraprocesados.
Hay que poner una alternativa para bajar, en próximas generaciones, el nivel de gordura y, por supuesto, a eso no van a ayudar los fabricantes de chocolates y frituras.
La alimentación humana es también una cuestión de política y no hay manera de separar que esta opción del neoliberalismo nada más permite una opción: la de la “comida chatarra”, por lo que también se impide la libertad.
Para que esta industria triunfe, precisaron, se necesita una fuerte dosis de corrupción.
Finalmente, se preguntaron ¿por qué Mario Delgado Carrillo se reunió con las empresas más poderosas de México -y del mundo- en el marco de un programa de salud para menores en educación básica?, ¿qué repercusiones tiene a nivel político y económico, y cómo puede impactar en los avances que México ha tenido para combatir los abusos contra la población de esas corporaciones?.