De unos meses a la fecha es cierto que el sistema financiero mexicano se encuentra en el ojo del huracán, luego de que desde 2024 la Unidad del Tesoro de Estados Unidos contra Delitos Financieros (FinCEN) detectó operaciones sospechosas vinculadas al tráfico de fentanilo por mil 400 millones de dólares, lo que equivale a más de 28 mil 500 millones de pesos.
Fuentes oficiales aseguran que esta cifra refleja la profunda infiltración de redes criminales en el sistema financiero. Aseguran que este es un tema de seguridad nacional para México y Estados Unidos.
Los resultados de estos datos infiltrados por fuentes cercanas a la dependencia, advierten que 57 % de estas operaciones ilícitas pasaron inadvertidas en bancos estadounidenses, mientras que otro 32 % circuló por empresas de transferencia de dinero.
Cerca de 80 % de estos fondos fueron movilizados a través de transferencias electrónicas convencionales. Las fuentes advierten que el sistema financiero de Estados Unidos se ha convertido en un factor clave dentro de la cadena criminal del fentanilo, desde la compra inicial de precursores químicos en China hasta el retorno con lavado del dinero hacia México y China.
Se destacan en el citado informe diversas operaciones financieras ilícitas realizadas desde 10 lugares clave: Estados Unidos, México, China, Hong Kong, Canadá, República Dominicana, Colombia, Reino Unido, España e India.
Esas informaciones filtradas en fuentes, revelan que en México, nueve estados fueron identificados como epicentros financieros del tráfico: Sinaloa, Jalisco, Baja California, Sonora, Chihuahua, Ciudad de México, Nayarit, Estado de México y Nuevo León. Por su parte, en Estados Unidos figuran: California, Florida, Nueva York, Texas y Georgia, entre los estados de aquel país que concentran la mayor actividad sospechosa. En China, las provincias de Guangdong, Zhejiang y Hebei lideran esta actividad.
Vale destacar que Estados Unidos ha dado el paso decisivo al clasificar al Cártel de Sinaloa y al CJNG como Grupos Terroristas Extranjeros (FTO), lo que implica mayores restricciones financieras internacionales y la posibilidad de intervención directa por parte de las autoridades estadounidenses en operaciones financieras globales relacionadas con estos grupos. Esto obliga al sistema financiero mexicano a reforzar sus controles y mejorar sustancialmente la cooperación internacional.
A través del documento infiltrado se denuncia que Instituciones financieras de ambos países siguen siendo explotadas sistemáticamente para mover capitales ilícitos del narcotráfico. La laxitud en regulaciones y la lentitud en la cooperación binacional han permitido que estas redes criminales operen con alarmante impunidad financiera.
Fuentes informantes adelantan que las instituciones financieras mexicanas deben actuar con mayor diligencia, incrementando esfuerzos en la vigilancia y en el reporte puntual de operaciones sospechosas.
Finalmente, FinCEN solicita directamente a las instituciones que operan en Estados Unidos retroalimentar estos hallazgos a través de: www.fincen.gov/contact.
Aquellas instituciones mexicanas deberían de hacer lo mismo con la UIF e inclusive con FinCEN si tienen operaciones en Estados Unidos.