Por Martha Romero
Lamentablemente, la mendicidad infantil es tan persistente que pareciera casi regular, por no decir normal, ver a niñas y niños en las calles pidiendo dinero, en muchos casos, forzados por adultos, aseveró el diputado Omar Ortega Álvarez, coordinador de la bancada del PRD, quién presentó una iniciativa para reformar la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del Estado de México para erradicar este fenómeno.
En sesión deliberante, expuso que su propuesta busca que esta condición no sea indiferente y se reconozca la mendicidad ajena infantil y definirla en la ley, así como darle carácter de situación especial de las infancias con el propósito de que los mecanismos e instrumentos pueden ser habilitadas para las infancias víctimas.
Refirió que la mendicidad infantil es una situación en la que niñas y niños, a menudo de manera forzada o debido a la extrema pobreza, se ven obligados a pedir limosna en las calles, plazas u otros lugares públicos, situación que puede ser consecuencia de problemas sociales, económicos y familiares, como la pobreza, la exclusión social, la falta de acceso a la educación y el trabajo infantil.
En muchos casos, dijo, los niños en situación de mendicidad son explotados por adultos, ya sea familiares u organizaciones que los obligan a mendigar, lo que les priva de sus derechos básicos como la educación, la seguridad y un desarrollo integral adecuado.
“La mendicidad infantil es considerada una violación de los derechos de las y los infantes, actualmente, muchos países cuentan con leyes para protegerlos y ofrecerles alternativas a través de servicios de apoyo y programas sociales. Este tipo de explotación puede adoptar diversas formas para concretarse, como la coerción, el uso de la violencia o amenazas, y regularmente está motivada por intereses económicos”, expuso.
Ortega Álvarez agregó que la mendicidad infantil es un problema de actualidad que va en constante crecimiento, constituyéndose en un elemento importante que contribuye a que se vulneren los derechos de los niños, problema que se agudizó por la emergencia sanitaria a causa de la Covid-19.
Resaltó que los niños que mendigan a menudo viven en condiciones insalubres y tienen una alimentación deficiente que los hace vulnerables a enfermedades, desnutrición y problemas de salud mental, están expuestos a situaciones peligrosas como las inclemencias del clima, contaminación y violencia en las calles, además de que la falta de acceso a atención médica agrava estos problemas afectando su desarrollo físico y bienestar general.
Por último, señaló que la exposición constante al rechazo, la discriminación y el riesgo puede generar graves secuelas emocionales y psicológicas, pues la inseguridad, ansiedad, estrés, baja autoestima y traumas son comunes en ellos, sin mencionar que también son propensos a ser reclutados o utilizados por redes de trata, explotación sexual, grupos delictivos o redes de tráfico de drogas.