Por Mireya Álvarez
En un proceso electoral inédito y profundamente complejo, el analista Paul Valdés Cervantes, director de Parámetro Investigación, lanzó una advertencia clara: la elección del 1º de junio enfrenta vacíos informativos, exceso de complejidad técnica y una participación ciudadana potencialmente baja. A través de una alianza metodológica con Grafeno Social Networks, su equipo ha estudiado a fondo el comportamiento del electorado ante una elección sin precedentes, donde por primera vez en México se votará por cargos judiciales mediante sufragio popular.
Uno de los hallazgos más alarmantes del estudio es el desconocimiento generalizado sobre los candidatos. Aunque el porcentaje de ciudadanos que conocen la fecha exacta de la elección aumentó del 12 al 50 por ciento entre abril y mayo, el conocimiento sobre quiénes compiten y qué proponen sigue siendo muy bajo. “En ese vacío de información están proliferando los ‘acordeones electorales'”, explicó Valdés, en referencia a las listas que se reparten con números de candidatos para votar. “Es lamentable desde la perspectiva democrática, pero también entendible ante la falta de acceso a información clara y confiable”.
En estados como el Estado de México, los ciudadanos deberán votar hasta por 10 cargos distintos, lo que implica llenar boletas con cerca de 50 números. “Es abrumador para el votante promedio”, señaló Valdés. En sus encuestas, entre el 60 y 70 por ciento de los consultados afirmaron que el proceso les resulta demasiado complicado.
Este nivel de dificultad, sumado a la reducción de casillas y posibles filas largas, podría llevar a una alta tasa de abstención. No obstante, Parámetro Investigación estima una participación cercana al 20 por ciento del padrón nacional -unos 20 millones de votantes-, cifra superior a la registrada en ejercicios como la revocación de mandato.
Valdés también subrayó la desventaja de los candidatos ciudadanos o independientes, quienes carecen de financiamiento público o acceso a espacios mediáticos. “Todo debe ser orgánico. Y eso los deja invisibles frente a estructuras partidistas o intereses particulares”, lamentó.
Otro riesgo señalado es la posible infiltración de perfiles vinculados al crimen organizado, así como el hecho de que muchos candidatos no tendrán posibilidades reales de ser electos debido a la distribución de las boletas.
El conteo de votos, que no se realizará en mesas como tradicionalmente, también genera preocupación: “No hay claridad sobre la cadena de custodia, ni habrá resultados el mismo día. Eso puede erosionar aún más la confianza ciudadana”, advirtió.
Para Valdés, esta elección es un punto de partida más que un modelo consolidado.
“Estamos ante una democracia formal, no sustantiva. Pero si aprendemos de este ejercicio, podemos rediseñar el sistema hacia 2027 con reglas más claras, justas y accesibles”.