El director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, afirmó que el uso de municiones con uranio empobrecido no conlleva consecuencias radiológicas significativas.
El lunes, durante la rueda de prensa realizada con motivo de la apertura de la sesión de septiembre de la Junta de Gobernadores del OIEA, a Rafael Grossi le preguntaron sobre el posible impacto radiológico de los proyectiles con uranio empobrecido en la población civil.
“Desde el punto de vista de la seguridad nuclear, no hay consecuencias radiológicas significativas”, respondió el funcionario.
La vocera de la Cancillería rusa, María Zajárova, comentó en su canal de Telegram las palabras del director general del OIEA, afirmando que Grossi elude el problema.
Para Zajárova, el alto funcionario tiene razón al afirmar que desde el punto de vista de la “seguridad nuclear” no hay consecuencias radiológicas significativas, pero aseveró: “el uranio empobrecido, como metal pesado, es extremadamente peligroso para los seres humanos y el medioambiente desde el punto de vista de la toxicidad química”, porque сuando se utilizan en municiones, se generan aerosoles extremadamente tóxicos.
La diplomática también afirmó que Grossi “no complementó su comentario con información de que cuando perfora el blindaje, la barra de uranio empobrecido se calienta y puede inflamarse”. En este sentido, el revestimiento de un proyectil acumulativo de uranio empobrecido se comporta aún peor.
A principios de este mes, EE.UU. anunció la asignación de otro paquete de asistencia militar a Ucrania, valorado en hasta 175 millones de dólares. La ayuda incluye proyectiles de uranio empobrecido para los tanques Abrams, cuyo uso provoca severas consecuencias para la salud humana y el medioambiente. En marzo, el Ministerio de Defensa del Reino Unido también anunció el suministro a Kiev de proyectiles perforantes que contienen uranio.
