La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA), en colaboración con el Instituto de Ciencia y Tecnología Avanzadas de Corea del Sur (KAIST), logró un emocionante hito el 24 de abril de 2024, al poner en órbita una nave espacial impulsada por una vela solar. Pero, ¿qué es exactamente esta innovadora tecnología?.
Las velas solares, como las utilizadas en la misión ACS3 (Sistema Avanzado de Vela Solar Compuesta), son dispositivos ingeniosos que aprovechan la presión de la luz solar para propulsar naves espaciales, eliminando así la necesidad de los tradicionales cohetes propulsores. Este avance marca un paso adelante en la exploración espacial, prometiendo una forma más eficiente y sostenible de viajar por el cosmos.
El satélite de la misión ACS3 de la NASA, del tamaño de un horno microondas, desplegará su vela solar altamente reflectante después de una fase inicial de vuelo. Este despliegue marcará el comienzo de una serie de pruebas que incluirán maniobras para ajustar la altitud de la órbita utilizando únicamente la presión de la luz solar sobre la vela.
La tecnología detrás de estas velas solares es verdaderamente innovadora. Las pértigas que sostienen la vela están hechas de un material polimérico flexible, reforzado con fibra de carbono, que se enrolla para guardarse de forma compacta.
Además, la misión ACS3 probará un sistema de extracción de la vela en forma de cinta, diseñado para minimizar el riesgo de atasco durante el despliegue.
Los datos recopilados en esta misión de la NASA no solo ayudarán a mejorar y perfeccionar la tecnología de las velas solares, sino que también servirán como guía para el diseño de futuros sistemas para diversas aplicaciones.
Desde satélites de meteorología espacial hasta misiones de reconocimiento de asteroides y comunicaciones en misiones de exploración tripuladas, las posibilidades son infinitas.
Cabe destacar que este método de propulsión también puede ser implementado a medio y largo plazo en misiones de espacio profundo, como exploraciones, entre otras más complejas.
La NASA tiene los ojos bien puestos en el espacio exterior con nuevas y mejores formas de viajar por el universo, fue así como nacieron las velas solares. Una tecnología inspirada en la cola de los cometas de la que nos habla en el artículo titulado ‘Novedosos caminos hacia el espacio: Velas Solares’.
Esta forma de propulsión aprovecha la presión de la luz solar para mover naves espaciales en el espacio cercano o profundo.
El diseño de una vela solar típicamente incluye una lámina reflectante, como el filme mylar, y un armazón de vigas para mantenerla extendida y transmitir su presión al vehículo espacial.
La orientación es crucial, pues al inclinarla, se puede dirigir la presión de la luz solar en una dirección específica, aumentando gradualmente la velocidad del vehículo.
Esta capacidad de direccionamiento permite la navegación en trayectorias espirales hacia adentro o hacia afuera, lo que es especialmente útil para misiones interplanetarias.
Las velas solares también tienen aplicaciones potenciales en la vigilancia solar, permitiendo alertas tempranas sobre ‘tormentas’ solares desde una mayor distancia que el punto de Lagrange L1.
Aunque se espera que las velas solares sean más efectivas dentro de la órbita de Marte, el físico Robert Forward ha propuesto su uso en viajes a estrellas distantes, como se describe en su obra de ciencia ficción “Flight of the Dragonfly”.
Esta emocionante tecnología ofrece una opción prometedora para la exploración y la navegación espacial en el futuro, con un potencial ilimitado para alcanzar nuevos horizontes en el cosmos.
