Una situación compleja, es a la que se enfrenta la empresa estatal Comisión Federal de Electricidad (CFE), pues las seis centrales de ciclo combinado, que el gobierno federal tiene en construcción y que su inauguración se proyectaba entre este año y el siguiente, no serán capaces de ofrecer su energía y con esto, cubrir la demanda de los usuarios de este suministro necesario.
Las centrales de ciclo combinado son instalaciones que generan energía eléctrica a partir de la combustión de combustibles fósiles y generan electricidad a partir de dos o más turbinas, de vapor de agua y de gas.
Esta situación ha hecho que diversas fuentes cercanas a los hechos, cataloguen este caso como un enorme riesgo de daño económico para el país.
La empresa estatal quedó inhabilitada para vender la energía directamente de sus subsidiarias de generación, al suministro básico, luego de que la Suprema Corte de Justicia (SCJN) declarara en febrero la inconstitucionalidad de gran parte de los artículos que se habían reformado de la Ley de la Industria Eléctrica (LIE).
Para suministro básico, se mantuvo el principio de que la energía sólo puede provenir de procesos competitivos como las subastas de largo plazo, sin embargo, fueron canceladas al inicio de la Administración.
Especialistas en el tema energético, refirieron que la decisión de CFE de construir esas centrales, sin un plan certero de venta de energía, podría representarle un daño patrimonial, pues no tienen asegurado su despacho por los diversos amparos que se presentaron a la LIE.
“CFE no puede vender energía si no es a través de subastas, y como no ha habido subastas, CFE tiene un problema grave, primero que esas plantas no tienen asegurado el despacho de energía (…) Puede ser que las metan solamente al mercado spot o que hagan un “chanchullo” para meterlas como energía fuera de mérito, pero como es gas natural y en los nodos en los que está localizada va a ser extremadamente evidente que las están metiendo, literalmente, por debajo de la llave”, mencionó el experto.
Asimismo, diversos especialistas del sector han señalado que la energía sin restricción sólo podría venderse a la subsidiaria de Suministro Calificado.
También se podrían desarrollar nuevamente una ronda de subastas que contemplen la tecnología de gas natural y CFE participe con sus centrales.
Las subastas eléctricas fueron suspendidas durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, se iniciaron en 2016 como parte de la reforma energética promovida durante la administración de Enrique Peña Nieto.
Estas subastas formaban parte del Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) y tenían como objetivo permitir que los generadores de energía suscribieran contratos a largo plazo con la Comisión Federal de Electricidad (CFE), el proveedor de servicios básicos.
En estas subastas, tanto empresas privadas como públicas, incluida la CFE, competían para vender energía en condiciones favorables para los usuarios finales, lo que fomentaba el desarrollo de centrales de generación, especialmente aquellas basadas en fuentes renovables y limpias.
Sin embargo, la administración federal actual consideró que las subastas favorecían principalmente al sector privado en detrimento de la CFE.
