CAMBIANDO DE TEMA

“Continuidad” a la corrupción en México. ¡Promesa de campaña!

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Por Karina A. Rocha Priego

Hoy culminaré con uno de los puntos más álgidos, no sólo del debate presidencial llevado a cabo el pasado 8 de abril, como lo es ¡la corrupción! Ese tumor cancerígeno que se niega a morir, y no es que el tratamiento esté fallando, simple y sencillamente ¡no hay tratamiento alguno para combatirlo!, puros placebos que se han convertido en una burla para los mexicanos.

Primero, insistiremos en que la candidata morenista ocupó gran parte de su tiempo para “elogiar” su trayectoria como jefa de Gobierno de la Ciudad de México y, si algo hay que “reconocer”, es que la señora, ¡no hizo uso de su relación con el Presidente de México para también elogiarlo a él y su administración!, lo cual causó gran malestar al Jefe del Ejecutivo que, seguramente, esperaba que el debate fuera de flores y lisonjas a su favor, lo cual no sucedió.

En fin, también recordemos que la candidata morenista habló de “continuidad”, o sea, seguir con las políticas IZQUIERDISTAS de Andrés Manuel López Obrador; ya tratamos el tema de la violencia que azota al país y que, al día de hoy, se dice, hay más de 185 mil muertos en México; de dar continuidad al “abrazos, no balazos”, seguramente esta cifra se duplicaría en corto plazo, pero, en lo que a “corrupción” se refiere, rememoremos que, durante un acto de campaña, la morenista tuvo un “lapso de sinceridad que le nació de lo más profundo de su corazón”, asegurando que “…sólo hay dos caminos que tomar en las próximas elecciones: ‘seguir el camino de la corrupción’…”, lo cual debe ser un hecho, aunque se dio cuenta del desliz y reviró diciendo ‘a seguir el camino de la transformación’.

Este tropezón obliga a los mexicanos ¡analizar a fondo! Lo que en verdad sucede en México en este punto, insisto, tan álgido e incontrolable, pero, si volteamos hacia atrás, nos damos cuenta de que la candidata morenista no se equivoca. La corrupción en este sexenio, lejos de desaparecer como quiere hacer creer el Presidente a todos sus seguidores, se ha incrementado a escalas de terror, de ahí que se busque desaparecer a los organismos autónomos que forzan a la presente administración federal a rendir cuentas claras y precisas sobre las finanzas públicas en todo el territorio mexicano.

La corrupción con Morena y con la “Transformación de Cuarta” se ha disparado a niveles nunca antes vistos. Los gobernadores de Morena dejan de ejercer sus presupuestos federales, para caer en subejercicio de manera sistemática y mandar el recurso público de regreso a las arcas de la Federación, ¿cómo por qué y para qué? Bueno, de algo “tienen que vivir” los programas sociales a través de los cuales “se paga la manutención de los mexicanos NO aspiracionistas”; pues los recursos llegan, dicen, al Ramo 23, donde esta administración federal, de manera totalitaria y autoritaria, determina cómo serán usados esos recursos multimillonarios, para seguir orientándolos a los programas sociales y clientelares.

Con esta situación, estarán de acuerdo en que ¡han truncado el desarrollo y bienestar de millones de familias! que, gracias a sus gobiernos morenistas, no pueden contar con obras tan necesarias como equipamiento de clínicas y hospitales, remodelación o reparación de escuelas, pavimentación de calles, iluminación, pozos de agua -de la que tanto se carece el día de hoy-; caminos y carreteras que conecten a los pueblos más lejanos con las cabeceras municipales y, lo más importante, profesionalizar los cuerpos de seguridad estatales y municipales -entre otros puntos no menos importantes-, porque, simple y sencillamente, ¡no hay dinero para ello! Y, aunque lo haya, ¡los gobiernos morenistas lo regresan para satisfacer al rey! La pregunta es, ¿acaso eso no es corrupción?.

Por otro lado, las licitaciones dejaron de serlo y mayormente se asignan contratos a empresas a modo, que en un gran porcentaje siempre terminan acudiendo a sociedades con empresas fantasma para lograr las adjudicaciones.

Las otrora instituciones de respeto como la Secretaría de la Defensa Nacional, la Marina Armada de México, reciben contratos, miles de ellos, que van directo a familiares de los altos mandos militares, pero además que van directo a las arcas personales de los familiares del Presidente de la República.

Miles de niños y pacientes con cáncer han muerto por la grave corrupción que aqueja al sistema público de salud, para nadie es un secreto y pruebas existen miles también.

Para confirmarlo, hay listados de miles de padres que han visto morir a sus hijos por una mala práctica en las políticas públicas de salud, que tienen que ver con la atención a los enfermos de cáncer.

La construcción y mantenimiento de hospitales, trabajos que terminan en elevadores que se caen matando gente, salas de emergencia o de hospitales inundadas por las lluvias en muchísimas partes del país, debido a que alguien prefirió “irse por la fácil” y otorgar adjudicaciones directas a empresas inexistentes o con nula capacidad de atención.

¿Contratar a médicos cubanos con el cuádruple de salario que los recién graduados especialistas mexicanos, quienes a pesar de recibirse con excelentes credenciales no encuentran trabajo?

¿Regalar el dinero de los mexicanos a los ciudadanos guatemaltecos o centroamericanos o caribeños con programas sociales, mientras en México siguen muriendo miles de personas que se encuentran en pobreza alimentaria?

¿Qué no es resultado de un acto de corrupción el incidente suscitado en febrero con la obra del Tren Elevado donde un tensor que soportaba un armado de columna se venció y cayó sobre una estructura de varilla que se encontraba en la parte inferior, donde había obreros trabajando?

¿Acaso no es resultado de un acto de corrupción el accidente de la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México, donde 27 personas perdieron la vida? Sin dejar de mencionar que en infinidad de ocasiones se reportaron problemas técnicos y estructurales de la Línea 12, ¿alguien hizo algo al respecto? ¡Claro que No!, y 27 inocentes murieron.

No vayamos tan lejos, el día de ayer, una lanzadora de 800 toneladas que realizaba trabajos para el Tren Interurbano colapsó en la madrugada del miércoles, en el tramo Presa Tacubaya-Terminal Observatorio, en la alcaldía Álvaro Obregón.

Otro incidente “anunciado”, sin lugar a dudas, el del Tren Maya, el cual pretendieron, a través de un acto de corrupción, tapar o disimular, sin embargo, sucedió. Un vagón del Tren Maya descarrila en el tramo 3 del recorrido, hecho ocurrido en los alrededores de la estación Tixkokob, cuando se dirigía de Cancún a Campeche.

De este hecho, primero aseguraban que había sido sabotaje (sic), luego que había sido un error humano, lo cierto es que no quiere nadie reconocer que, por un acto de abuso y corrupción, el descarrilamiento era inminente -y los riesgos continúan-, pero muchos saben que, en este asunto -como en cientos más-, la realidad es otra.

Entonces, queridos lectores, ¿consideran que eso es combatir la corrupción?, ¿consideran que la corrupción en México cesó? Entonces respóndanse a sí mismos, si la promesa de la candidata morenista es “dar continuidad” a lo iniciado por el hoy Presidente de México, ¿qué es lo que les espera a los mexicanos?

Respecto a lo dicho por los otros dos candidatos en torno al tema de la corrupción, de ninguna manera es irrelevante, simplemente, ante la amenaza de unas “elecciones de Estado”, es que se debe analizar lo que la candidata oficial trae entre manos para México.

Por lo pronto, les platico que he sido severamente criticada por mis comentarios, asegurando que “sólo estoy contra Morena”, que defiendo, como columnista, al PAN, PRI o PRD, pero “no hay nada que defender”, seamos honestos, pues a todos los políticos, servidores públicos que ayer señalaron, criticaron, denostaron y hasta denunciaron de los gobiernos panistas y priistas, hoy, queridos lectores, SON DE MORENA o ALIADOS, lo que significa, sin lugar a dudas, que, hoy por hoy, MORENA es el nuevo “PRIANMOR”.


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