Por Karina A. Rocha Priego
Continuando con el trillado tema del debate presidencial, dos temas quedaron poco atendidos por las candidatas y el candidato, se dijo escuetamente lo que se va a hacer en un futuro próximo para combatir estos graves problemas que enfrenta a diario la población en México: seguridad y corrupción, esa que a casi seis años de iniciada la administración federal no se ha podido erradicar, por el contrario, se ha recrudecido indiscriminadamente.
Recordemos primero, que la candidata morenista ocupó gran parte de su tiempo para “elogiar” su trayectoria como jefa de Gobierno de la Ciudad de México, sin embargo, como ya lo dijimos en la anterior columna, no se trata de lo que ya se hizo, sino de lo que se va a hacer. No es lo mismo tratar el tema de la inseguridad, la violencia en la capital del país, como tratarlo en 31 estados más de la república mexicana, donde el crimen organizado tiene “secuestrados” a los ciudadanos.
Es real, queridos lectores, que la violencia y la inseguridad en México van al alza, la fallida estrategia de “abrazos, no balazos” que pretende seguir implementando la candidata morenista, ha dejado hasta enero de 2024, al menos 172 mil muertos, superando en mucho, el sexenio de Enrique Peña Nieto, administración que se caracterizó por los abusos y el saqueo contra los mexicanos, sin embargo, la administración federal actual ha logrado superar al anterior gobierno y hablar de 172 mil muertos de manera violenta -no nos confundamos, nada tiene que ver la pandemia-, es hablar de poco más de 90 muertes diarias ocurridas trágicamente en territorio nacional.
Estas cifras, reales, hablan de que la actual administración federal, morenista, es considerada como la más violenta de los últimos años, de ahí que, repetir la estrategia de “abrazos, no balazos” es continuar con la ola sangrienta que ha enlutado a miles de hogares en México.
México es un país donde 6 de cada 10 mexicanos mayores de 18 años dicen sentirse inseguros en las ciudades donde viven, sin embargo, la candidata morenista insiste en “la continuidad” en algunos programas del actual gobierno federal, aunque recargó el peso de su plan en acciones, que dijo, están probadas y dieron resultados cuando gobernó la Ciudad de México (sic).
Dijo “ser la única” con experiencia en bajar los índices delictivos en un lugar como la Ciudad de México, que es la más importante del país, sin embargo, no podemos dejar de lado que las capitales de los estados, y en este caso, la capital del país, pueden considerarse “ciudades blindadas” por su importancia y por albergar los tres Poderes de la Unión pero, ¿y las demás ciudades?.
Destaquemos que delitos de “bajo impacto” como daño en propiedad ajena, abuso, hasta pleitos callejeros, pudieron haber disminuido no sólo en la Ciudad de México, sino a nivel nacional, pero no todo ha sido por “eficiencia de las autoridades”, sino por la organización de los mexicanos en sus estados, municipios, colonias, calles, donde la estrategia de “tu vecino te vigila” ha sido más eficiente, pero los delitos de alto impacto como homicidio doloso, feminicidio, homicidio culposo, secuestro, trata de personas, robo a transeúnte, robo a negocio, extorsión, robo de vehículo, robo de autopartes, robo a casa habitación, violencia familiar, violación simple y equiparada, narcomenudeo y hoy feminicidio, son delitos que NO ceden, en todo México, por lo que hablar de “continuidad en las estrategias amlistas”, es hablar de “más de lo mismo” que ha llevado a los mexicanos a “llorar lágrimas de sangre” por la violencia e inseguridad, pero sobre todo por la impunidad de los casos impuesta contra los delincuentes por el propio gobierno federal.
La morenista, sin embargo, insistió en que continuará con el actual programa federal que da becas a los jóvenes para que aprendan un oficio y sumará otros dos que impulsó cuando fue jefa de la Ciudad de México: Jóvenes Unen al Barrio y Reconecta con la Paz, destinados a la conversión de jóvenes involucrados en la delincuencia, sin embargo, no quieren reconocer que con las supuestas becas para “jóvenes” han alimentado la ociosidad, mediocridad, antipatía de los jóvenes para involucrarse en temas que atañen a sus familias, sus comunidades. Los jóvenes, “mantenidos” del Gobierno, hacen uso de esos recursos para sí, internarse en el mundo de la delincuencia, consumiendo drogas y alcohol, pues el gobierno les da recursos para ello, creando entonces “fábrica de delincuentes”, más violencia, más impunidad.
Continuidad al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, es el lema de campaña de la candidata morenista a la Presidencia de México.
Contrario a lo anterior, la candidata de la coalición “Fuerza y Corazón por México”, integrada por los partidos Acción Nacional, Revolucionario Institucional y de la Revolución Democrática, apuesta por un plan que “desmilitarice” paulatinamente a corporaciones como la Guardia Nacional y retire a los militares de las gestiones de infraestructura y administración de aeropuertos, aduanas o empresas nacionales, encomiendas adquiridas en el actual sexenio.
Xóchitl Gálvez Ruiz se ha desmarcado de la política de abrazos, no balazos para la delincuencia promovida por el actual presidente López Obrador y de la guerra en contra del narcotráfico promovida por su compañero de partido y expresidente, el panista Felipe Calderón.
“Trataré siempre de que, con inteligencia, evitar la confrontación que cueste vidas humanas, pero cuando sea necesario, no voy a permitir que al Ejército lo saquen a escobazos y lo saquen los criminales de los lugares, eso es lo que le ha quitado la honorabilidad al Ejército y después del Ejército ya no hay nada”, dijo Gálvez en su conferencia de prensa donde presentó su plan.
El plan de Gálvez Ruiz denominado “por un México sin miedo” contempla la creación de una universidad para la formación de policías; duplicar el número de elementos en estados, municipios y de la Guardia Nacional; la construcción de una prisión de máxima seguridad y alta tecnología; la creación de un Fondo Nacional de Atención a Víctimas y mantener los programas sociales que ayuden a la reconstrucción del tejido social.
Falta un tema por tocar, el más importante para los mexicanos, ¡la corrupción! Esa que, no sólo no ha disminuido, por el contrario, se ha convertido en el “cáncer de esta administración federal” y a través de la cual operan todos los programas y proyectos en el país.
Por lo pronto, lo que vimos durante el debate, fue a dos candidatas defendiendo sus pasados. Xóchitl, al PRI, PAN y al PRD, y Sheinbaum, a Morena y al actual gobierno, pero ¿quién defendió verdaderamente a los mexicanos?…
Continuaremos…
